Fecha de la entrevista: 01/09/2013
Lugar: Mexico
Tema: Entrevista a Iconoclasistas
Entrevistador: Sofía Olascoaga
LatinArt: La obsesión por el mapeo y los procesos colaborativos me llevaron a conocer el trabajo de Iconoclasistas hace unos años. Organizamos su primer taller de mapeo colectivo en la ciudad de México en el marco del X SITAC Simposio Internacional de Teoría Sobre Arte Contemporáneo en 2012, apostando a la construcción de un diálogo crítico detonado por formatos de intercambio que retaran la inercia del debate estático de aula para potenciar activaciones colectivas más complejas. La vitalidad de su hacer ‘engancha’ y hemos seguido conversando sobre su proceso:
¿Cómo están conformados como colectivo y en qué consiste su práctica?
Iconoclasistas: Más que un colectivo nos gusta definirnos como un dúo, una pareja que combina la práctica política con la política de la afectividad. Nos conocimos en el año 2004 e inmediatamente comenzamos a pensar qué hacer juntos, cómo generar un espacio que combine nuestras prácticas: la cultura libre y el DIY con la práctica política territorial.
En un principio nos abocamos a generar una serie de recursos gráficos orientados a componer "paisajes de la desigualdad", que la vez que denunciaban ciertas situaciones mostraban de qué maneras las comunidades y poblaciones se organizaban para potenciar otras formas de vida, de resistencia, de vínculo. Siempre nos pareció importante que estas dos dimensiones estén presentes en nuestro trabajo, y desde lo visual nos planteamos evitar el miserabilismo y la victimización y más bien mostrar los nuevos (y viejos) protagonismos sociales y políticos que tan fuerte se estaban visualizando en nuestra América Latina.
Todos los recursos y prácticas los compartimos en la página web con la idea que lo producido se emancipe no sólo de las trabas de la propiedad privada, sino también de las limitaciones (económicas, físicas, geográficas) impuestas en cuanto a su posibilidad de acceso. Estos recursos son abiertos, por lo que pueden ser reapropiados, reproducidos y reformulados (siempre que sea sin fines comerciales).
LatinArt: ¿Cómo iniciaron sus talleres de mapeo colectivo y dispositivos múltiples?
Iconoclasistas: En el año 2007 comenzamos a trabajar a partir del concepto de la "cosmovisión" y ese mismo año realizamos un trabajo que reflexionaba visualmente sobre los modos de vida alienantes derivados de la vida en las grandes ciudades. La segunda cosmovisión la trabajamos sobre el saqueo neocolonial y la depredación de los bienes comunes, con los mismos artefactos gráficos incluidos en la primera cosmovisión, trabajamos las problemáticas y consecuencias asociadas al modelo extractivista-exportador, asentado sobre el monocultivo de soja transgénica, los agronegocios y la explotación megaminera a cielo abierto. Este afiche fue distribuido por todo el país y generó interés en distintas agrupaciones y movimientos que se comunicaron para invitarnos a trabajar estas miradas en sus ámbitos de inserción territorial. Así nacieron los talleres de mapeo colectivo (que al principio utilizaban sólo los mapas e íconos), los cuales fueron acompañados por una muestra itinerante basada en las cosmovisiones y que fue mutando a lo largo del recorrido geográfico. Como resultado de esta experiencia, publicamos en el 2010 un fanzine en formato tabloide que incluía textos, imágenes, mapas e historietas, y que también puede bajarse del sitio web.
Los talleres se realizaron por diversas provincias de la Argentina, y fueron organizados por agrupaciones sociales, estudiantiles, culturales y artísticas, convocando a la población en general o a comunidades en particular a participar. Junto a ellos impulsamos un trabajo colaborativo en mapas y planos cartográficos que mediante la socialización de saberes no especializados y experiencias cotidianas de los participantes permitieron compartir sus conocimientos para la visibilización crítica de las problemáticas más acuciantes del territorio, identificando responsables, conexiones y consecuencias. Esta mirada fue ampliada en el proceso de rememorar y señalizar experiencias y espacios de organización y transformación, a fin de tejer la red de solidaridades y afinidades.
Luego comenzamos a viajar por otros países: España, Portugal, México, Perú, Brasil, Austria. Cada taller implicó nuevas experiencias y cambios en las dinámicas y metodologías, fue (y sigue siendo) un proceso en crecimiento constante, de mucho enriquecimiento subjetivo, político, afectivo.
LatinArt: ¿En qué medida es el mapa un detonador del intercambio y la discusión, o una estrategia de representación?
Iconoclasistas: Las dos cosas y más. Partimos de reconocer que la confección de mapas es uno de los principales instrumentos que el poder dominante utiliza para la apropiación utilitaria de los territorios, lo cual incluye no sólo una forma de ordenamiento territorial sino también la demarcación de fronteras para señalar los nuevos ocupamientos y planificar las estrategias de invasión, saqueo y apropiación de lo común. De esta manera, los mapas que habitualmente circulan son el resultado de la mirada que el poder dominante recrea sobre el territorio para producir representaciones hegemónicas funcionales al desarrollo del modelo capitalista, decodificando el territorio de manera racional, clasificando los recursos naturales, características poblacionales y el tipo de producción más efectiva para convertir la fuerza de trabajo y los recursos en capital.
Entonces, ¿por qué trabajar con mapas? Justamente para aprovechar una herramienta que nos permite construir relatos críticos y colectivos, y compartir insumos para la creación de prácticas emancipatorias. Entendemos que las sociedades actuales están signadas por una precarización de la existencia que penetra la vida en múltiples formas: atravesando la configuración urbana como faro de vigilancia, resquebrajando los lazos sociales con la retórica del miedo, desamparando en las instituciones públicas los derechos sociales más básicos, haciendo carne la violencia simbólica en el imaginario cotidiano, degradando la experiencia de lo común y obturando las formas perceptivas en el abismo del sobresalto. Es por ello que a través de los talleres retomamos herramientas que nos permiten recrear colectivamente panoramas complejos para profundizar miradas críticas y potenciar subjetividades alertas y activas, imprescindibles en la protección de los bienes comunes, la lucha contra los procesos de colonización y privatización de lo público y la constitución de nuevos mundos.
LatinArt: ¿Qué tipo de procesos se tejen más allá del mapa? ¿Qué es aquello que se activa y aquello que el mapa no registra?
Iconoclasistas: Siempre comenzamos los talleres diciendo esta conocida frase: "El mapa no es el territorio"(1). El vínculo con el territorio se consolida a partir de procesos de interpretación, sensación y experiencias propias. Los mapas no son el territorio porque a ellos se les escapa la subjetividad de los procesos territoriales, las representaciones simbólicas y los imaginarios sobre ellos, así como la permanente mutabilidad y cambio al que están expuestos. Somos las personas quienes realmente creamos y transformamos los territorios, y no hay una mímesis entre la materialidad espacial de los mapas y la percepción imaginaria sobre el territorio, pues este es una construcción colectiva y se modela desde las formas subjetivas del habitar, transitar, percibir, crear y transformar.
Así, los talleres de mapeo buscan activar procesos de territorialización, socializar prácticas, y elaborar estrategias emancipatorias para el conocimiento colectivo y la transformación social. Los mapas funcionan como herramientas que generan instancias de trabajo colectivo y permiten la elaboración articulada de narraciones que disputan e impugnan aquellas instaladas desde diversas instancias hegemónicas (no sólo políticas, sociales e institucionales, sino también las correspondientes a la opinión pública y a los medios masivos de comunicación, y aquellas asociadas al nivel de las creencias, mandatos y formas del sentido común, estas últimas referidas a discursos dominantes naturalizados en una época específica y en una determinada sociedad). Así se potencian los procesos de reflexión colectiva mediante la organización de relatos dispersos en un soporte común que permite la visualización de un horizonte de posibilidades, impensadas hasta el momento. En los talleres trabajamos junto a estudiantes, organizaciones barriales, movimientos sociales, artistas, comunicadores y todos aquellos que se sientan interpelados a pensar colectivamente su territorio.
LatinArt: ¿Cuáles son los límites del mapa y del mapeo en contextos de activaciones sociales? ¿Qué tipo de contradicciones, dilemas, confrontaciones, aprendizajes han transformado su práctica?
Iconoclasistas: Los mapas, mapeos y dispositivos son herramientas de diagnóstico y sistematización de saberes y experiencias, y no están exentas de ambigüedades, por lo que deben ser incluidas en procesos colectivos consensuados y a partir de objetivos claros. Para eso es importante tener en cuenta:
- El mapeo es una herramienta que muestra una instantánea del momento en el cual se realizó, pero no repone en su completitud una realidad territorial siempre problemática y compleja. Más bien transmite una determinada concepción colectiva sobre un territorio dinámico y en permanente cambio, en donde las fronteras (reales y simbólicas) son continuamente alteradas por el accionar de cuerpos y subjetividades.
- El mapeo es un medio, no un fin. Por eso debe formar parte de un proceso mayor, ser una estrategia más, un medio para la reflexión, la socialización de saberes y prácticas, el impulso a la participación colectiva, el trabajo con personas desconocidas, para intercambiar saberes, disputar espacios hegemónicos, potenciar la creación e imaginación, problematizar cuestiones específicas, visualizar las resistencias, señalar las relaciones de poder, etc.
- El mapeo no produce transformaciones por sí mismo, sino que se articula en un complejo y profundo proceso de organización y prácticas colectivas que es potenciado desde el trabajo colaborativo en estos soportes gráficos. El proceso de trabajo en estos talleres se completa con las apropiaciones, interpretaciones y traslados que impulsan los participantes, con lo que se extiende el cuestionamiento de lo simbólico a una dimensión real mediante prácticas de organización, resistencia y emancipación.
- El mapeo incentiva procesos de elaboración y debate colectivo, estimulando la puesta en común de saberes cotidianos, experiencias de organización y percepciones. Esto se transmite a partir de la selección y recorte de temáticas que dan pie a determinadas representaciones y significados sobre el espacio territorial, todo lo cual constituye un impulso para la posterior elaboración de prácticas transformadoras y de resistencia.
- El mapeo impulsa a la acción. En ese sentido es esencial el proceso vivido en el interior de los talleres, momento fundacional que puede —o no— tener una acción o estrategia inmediata posterior al taller y que adquirirá diversas formas que van desde proyectos de intervención urbana o transformación barrial, realización de material comunicacional, profundización de diagnósticos y estrategias, entre otros. Su difusión pública debe ser siempre consensuada, pues puede contener información que vulnere los derechos de los participantes implicados.
LatinArt: En el proceso de 5 años de mapeo colectivo ¿cómo se ha modificado, replanteado, enriquecido y complejizado su práctica al trabajar directamente en diferentes contextos?
Iconoclasistas: Las modalidades de trabajo en el taller fueron variando en estos años, y así fuimos incorporando nuevos soportes y formatos de elaboración colaborativa. Los llamamos dispositivos múltiples y consisten en artefactos que promueven la reflexión y creación colectiva, y varían en su diseño y maquetación. Los inventamos, adaptamos o perfeccionamos a partir de las particularidades subjetivas de los participantes.
Estos mecanismos generan un sistema de socialización de información y experiencias sustentado en un intercambio dialógico que estimula la participación y pone en escena una mirada crítica y alerta sobre el acontecer naturalizado. Buscan identificar y conectar hechos significativos, personajes clave, políticas públicas y alternativas de cambio. Se orientan a descomponer las representaciones discursivas hegemónicas a partir de un trabajo sobre los relatos de los medios masivos de comunicación y de la injerencia de la opinión pública sobre el nivel del sentido común que impregna lo social. Potencian la identificación de redes afines para fortalecer las prácticas liberadoras y la creación de imaginarios rebeldes y contestatarios. Impulsan la visualización de panoramas de desigualdad poniendo en juego la memoria emotiva. Favorecen la reflexión sobre los impactos subjetivos de los mecanismos de disciplina, mandato y control social. Así, las posibilidades de trabajo se tornan infinitas.
En este sentido, consideramos al mapeo como práctica: el mapeo es más que el mapa, como el mapa es más que la frontera. Mapear es una acción, un modo de abordar territorios sociales, subjetivos, geográficos. Y el mapa es una herramienta que se cristaliza en diversos formatos, abriéndose al encuentro y la discusión. Por eso en los talleres de mapeo colectivo no sólo utilizamos mapas: todos los recursos gráficos, instrumentos visuales y metodologías lúdicas se aúnan para impulsar procesos de reflexión crítica y construcción colectiva. De la socialización de informaciones, saberes, problemáticas y prácticas, se proyectan y activan intervenciones que se desbordan al territorio. Así el mapeo colectivo no es sólo un espacio de socialización y debate, sino que también se construye como un disparador y un desafío en constante movimiento, cambio y apropiación.
LatinArt: Además de la relación con el territorio, está la relación con la memoria colectiva y la experiencia política ¿qué tipo de cruces y entretejidos suceden al socializar estás experiencias? ¿De qué forma se articula el tiempo en las narrativas que los mapeos registran?
Iconoclasistas: Hay un concepto muy interesante de un geógrafo brasilero llamado Milton Santos. Él trabaja con la idea de "rugosidad" de los espacios, una metáfora que nosotros recuperamos para poder relevar dentro de un espacio territorial, las capas o estratos que hay por debajo. Esto nos permite trabajar en planos temporales no sólo los cambios producidos en un territorio específico sino también visualizar y rememorar qué era lo que antes había allí, qué significado específico tenía para una comunidad, porqué ya no está, quién es el responsable de esto, etc.
También comenzamos a trabajar el tiempo a partir de "líneas" de tiempo que se combinaban con mapas mediante transparencias superpuestas. Lo interesante de esta herramienta es que las "líneas" justamente casi nunca eran "lineales". Es interesante en ese sentido la experiencia que tuvimos en unos talleres que realizamos en Lima con movimientos sociales de toda Latinoamérica. Allí había un grupo de tejedoras que, cuando les propusimos relevar hechos históricos, se inspiraron en la imagen de una trenza que realizamos como modo de graficar procesos de resistencia en nuestro continente, y ellas, a partir del uso de lanas de diversos colores fueron tejiendo esta no-línea de tiempo para contar la historia de las sublevaciones populares de campesinos y pueblos originarios. Esto dio pie a un trabajo de diseño que realizamos junto al colectivo organizador y que luego circuló impreso como recurso para el debate y la reflexión.
LatinArt: Además de asegurarse de que sus herramientas y metodologías de trabajo sean accesibles y libremente circulables, se han dedicado a seguir de cerca el registro de las variadísimas apropiaciones y modificaciones que van surgiendo ¿De qué forma recuperan en sus siguientes procesos estas devoluciones y miradas?
Iconoclasistas: A lo largo de estos años, hemos creado gran cantidad de imágenes de libre circulación, pensadas en formatos populares y de fácil reproducción, agrupando recursos desarrollados para la intervención, además de afiches, publicaciones, figuritas, viñetas de denuncia coyuntural, que se refieren a problemáticas, temas o personajes —detestables o queridos—, que son de rápida creación y difusión, paródicas o irónicas, y que nos permiten fijar una posición sobre temas de agenda de la opinión pública mediática.
Nos fuimos "cruzando" en las redes sociales con estos usos, y también porque muchos nos enviaban un mail contándonos. Dada la riqueza y variedad de estas reapropiaciones, diseñamos en el sitio web la sección de "Integradas y derivadas", donde reunimos una selección de producciones creadas por otros al integrar a un diseño en particular imágenes iconoclasistas (para ilustrar una idea, hecho o concepto), o al reinterpretar y producir una obra derivada a partir de un diseño original. Una sección en constante crecimiento.
Ahora también estamos recuperando y organizando las experiencias de mapeos colectivos que organizaron los participantes de nuestros talleres. Nos interesa mucho continuar potenciando este intercambio dialógico a partir de las propias dinámicas, experiencias y metodologías que cada uno de ellos activó en otros espacios y territorialidades.
LatinArt: Desde dónde están ahora ¿Hacia dónde consideran que se ramifica el anudamiento de lo común?
Iconoclasistas: Estamos finalizando un manual de mapeo colectivo, donde buscamos compartir nuestra experiencia y transmitir cómo a través de los talleres de mapeo se pueden favorecer las distintas formas de comprender y señalizar el espacio a través del uso de variados tipos de lenguaje. En el manual sistematizamos una serie de ejercicios de mapeo en los cuales el mapa es uno de sus principales recursos aunque no el único. El mapeo es un práctica a la cual concurren mapas y dispositivos gráficos desde los cuales se construyen relatos colectivos críticos sobre el territorio. Así buscamos abrir un espacio de discusión y creación que no se cierre sobre sí mismo, sino que se posicione como un punto de partida disponible para ser retomado por otros y otras, un dispositivo apropiado que construya conocimiento, potenciando la organización y elaboración de alternativas emancipatorias.
NOTA:
(1) Se le atribuye esta frase a Alfred Korzybski (aristócrata polaco y fundador de la semántica general), quien la habría acuñado luego de su experiencia como oficial en la Primera Guerra Mundial, cuando dirigió un desastroso ataque en donde los soldados que comandaba terminaron cayendo en un foso que no figuraba en el mapa. Gregory Bateson (antropólogo y lingüista norteamericano) complementó esta frase con la consigna «y el nombre no es la cosa nombrada». Lo que ambos buscaban exponer era la imposibilidad de objetivar las dimensiones significativas y afectivas de los espacios y las representaciones lingüísticas.
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