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Juan Fernando Herrán








transcripción de la entrevista

Fecha de la entrevista: 01/12/2012
Lugar: Colombia
Tema: Entrevista a Juan Fernando Herrán
Entrevistador: Micah Malone

LatinArt:  ¿Nos puedes platicar acerca del origen de las fotografías de las cruces?

Juan Fernando Herrán:  El proyecto empezó un día que me encontraba caminando en el monte. Le pregunté a una mujer de la zona cómo acercarme a las antenas de comunicaciones en la punta del cerro. Me dijo que tomara el sendero, que subiera durante unos 40-45 minutos, y que al llegar al lugar lleno de cruces que continuara subiendo a la derecha. En algún momento hubo una matanza entre gente de izquierda y de derecha, entre paramilitares y guerrilleros.

No sé si sepas que si un paisano ayuda a los guerrilleros, o si ayuda a los paramilitares, se mete en una situación muy difícil porque uno u otro bando lo matará: es verdaderamente difícil. Así que después de un tiempo las familias querían encontrar un lugar para pensar en estas muertes.

LatinArt:  ¿Alguna de las cruces tenía nombres grabados?

Juan Fernando Herrán:  Ni un solo nombre, lo cual también me parece interesante. La diferencia entre digamos un cementerio y este sitio es que no están enterrados allí. Tampoco quieren hacer una conmemoración permanente, así que es para recordar a alguien por un momento. Y creo que eso le da un significado especial a este espacio, un sentimiento distinto porque si te fijas en la forma en que están construidas, la forma en que está atada cada una, verás que los materiales son distintos en cada caso. Así que es una decisión personal que resulta mucho más significativa que cuando visitas una iglesia o un cementerio que tiene una institución religiosa de trasfondo.

LatinArt:  ¿Dónde se exhibió el trabajo por primera vez?

Juan Fernando Herrán:  Exhibí las obras en un edificio abandonado, que también fue interesante debido a la materialidad del espacio tosco y sin acabar. Este espacio iba a ser un museo dedicado a Jorge Eliécer Gaitán, diseñado por Rogelio Salmona, pero nunca se terminó. No obstante, la estructura conceptual de la construcción se diseñó en torno a la tumba de Jorge Eliécer Gaitán: lo sepultaron en el centro.

LatinArt:  ¿Así que la tumba de Gaitán no está bien conservada?

Juan Fernando Herrán:  Pues la tumba misma sí, pero el edificio que la rodea está en ruinas. Por eso me pareció sumamente importante que la exposición se hiciera en este sitio, porque sería como si estas cruces sin nombre rodearan la sepultura. El espacio tenía muchos cuartos distintos, así que no se podía ver toda la muestra al mismo tiempo. Tenías que pasar de un espacio a otro, y mientras más caminabas, más cruces encontrabas.

LatinArt:  Entonces el espacio público te es muy importante, me recuerda la obra "Escalas" que exhibiste en Nc-arte. ¿Nos puedes hablar de esas fotos?

Juan Fernando Herrán:  La relación entre la obra y el espacio es de fundamental importancia para mí. Todas esas fotos son de Medellín, de los barrios pobres que están en los límites de la ciudad, las zonas aledañas.

Medellín es una ciudad construida en un valle, rodeado de montañas, y salvo El Poblado, que es la zona rica, las afueras de la ciudad están compuestas por barrios pobres, donde vive la gente que ha llegado de otras partes del país.

Es una situación interesante porque de alguna manera forman parte de Medellín, pero intuyes por las fotografías que su situación y la forma en que están construidas provienen de una mentalidad rural. Llegan a la ciudad e intentan integrarse construyendo accesos a la ciudad, escalinatas y todo eso… pero no están del todo integrados, ni económica ni políticamente.

LatinArt:  Resultó interesante ver el metro que construyeron allá, y el metrocable que sube a la biblioteca (Parque-Biblioteca Santo Domingo): parece que por lo menos hubo un esfuerzo por parte del ayuntamiento por incorporar algunos de estos barrios.

Juan Fernando Herrán:  Ha mejorado mucho, claro, pero en términos culturales la situación resulta mucho más compleja. Van tantas cosas de por medio, que hasta esa infraestructura daba la sensación que los habitantes lo veían como una invasión extranjera. No todo es negativo, claro. Pero esos cambios se tendrían que realizar junto con muchas otras cosas que no se están llevando a cabo. Fui a Medellín casi cada año, por supuesto, y visitaba esos lugares todos los días. Después de un tiempo me di cuenta que el espacio público que se encuentra en estas zonas es una construcción popular. La forma en que se unen sus caminos es como un laberinto. También refleja sus necesidades y la manera en que enfrentan su situación.

Medellín tenía un gran historial de esculturas públicas en los ochentas, época en que hubo unas exención fiscal que permitió a los constructores destinar parte de los impuestos a la realización de una obra de arte en cada espacio público. Así que durante más de diez años la ley fiscal afectó a la escultura en Medellín. Por eso me interesé tanto en encontrar sitios que no habían sido formados con aquella estandarización.

Si visitas Medellín en la actualidad, verás que hay mucha escultura pública en los parques, cerca de edificios, y así. Tiene su parte educativa, una parte que le está diciendo a la gente, esto es el arte, así es cómo puede funcionar el arte al interior de una ciudad. La mayoría de las esculturas que se construyeron durante aquellos años son de un corte modernista que se acopla bien con los edificios, etc. A mí me interesaba hacer una escultura pública que reflejara otro tipo de sensibilidad.

LatinArt:  De manera que el componente escultural de esa serie (Espina Dorsal) no fue situado públicamente, pero su escala y monumentalidad ciertamente marcan una referencia al arte público.

Juan Fernando Herrán:  Por supuesto. Todas las esculturas se construyeron a partir de escaleras auténticas, todas se basan en sitios que realmente existen. Eso es muy importante para mí. Unas de las características de mi obra es que busco reflexionar sobre lo que ya está hecho, no sobre lo que puedo hacer como artista, o lo que puedo crear con mi imaginación, etcétera.

LatinArt:  Se pueden ver elementos de esa característica en algunas de tus obras anteriores también: el cilindro de huesos me viene a la mente…

Juan Fernando Herrán:  Es una pieza muy antigua, pero sí. Encontré todos los materiales en el lecho del río Támesis, donde acostumbraba pasear cuando vivía en Londres. En algún momento me puse a recoger huesos y los llevé a la escuela de arte. Quería poner estos materiales en circulación y cuando construí la esfera, la esfera de huesos, era una imagen que se podía mover nuevamente. También me llamó la atención la parte arqueológica, que de alguna manera se relacionaba con la ciudad misma.

Posteriormente me invitaron a participar en la Bienal de la Habana, y trabajé con la idea de enviar la pieza a Cuba: la idea de los cubanos que intentan dejar la isla por mar se volvió importante. En algún momento no supe cómo enviar la pieza a Cuba por no tener dinero, y se me ocurrió enviarla por vía marítima, a manera de metáfora, y al final fue lo que hice. Lo tomé muy en serio: me puse a estudiar las corrientes del Atlántico e investigué a fondo desde dónde la podría lanzar al mar… De alguna manera quería asegurarme de que el punto de partida fuera el indicado para garantizar que la pieza llegara a Cuba. Claro que después de botarla nada más tenía información de ese gesto, que reconstruí en Cuba a través de dibujos, diagramas, etcétera.

LatinArt:  ¿Nos podrías explicar el papel de la violencia en tu obra, en relación a Colombia puntualmente, y como ha nutrido tu práctica?

Juan Fernando Herrán:  Resulta complejo porque tiene muchos matices. Con mucha frecuencia busco indicios de cosas que se refieran a la reacción de la gente ante alguna situación en particular. Es la diferencia entre actuar de manera testimonial y reflexionar sobre ese testimonio para crear algo que sea más actual. No tiene que ver con relacionarse con el pasado, sino con la situación actual, y cómo es que esas cosas de alguna manera siguen actuando en el presente. De manera que evito utilizar imágenes de violencia porque así es como lo maneja la prensa. Los artistas se dedican a explorar esta temática de forma diferente y – espero- más profunda.

LatinArt:  ¿Cómo te fue cuando regresaste a Colombia [de Londres]? ¿Supongo que fue a mediados de los noventa no?

Juan Fernando Herrán:  Sí. Cuando regresé a Bogotá, Colombia se encontraba en crisis, en una crisis institucional, porque el presidente en aquel entonces, Ernesto Samper Pizano, fue electo con el apoyo del cártel de Cali. Así que en esa época se armó todo un escándalo. Mucha gente le pidió al presidente que abandonara el poder. El Ministro de Defensa estaba en la cárcel y muchos políticos fueron juzgados por aceptar miles de millones de pesos por parte del cártel de Cali y destinarlos a la campaña.

Logré conseguir los documentos que iban a estudiar los diputados para decidir si el presidente debía ser acusado.

LatinArt:  ¿Cómo fue que conseguiste esos documentos?

Juan Fernando Herrán:  Por medio de alguien que trabajaba en el Congreso en esa época y me los dio. Aquí los tengo… [Regresa al instante con una pila de documentos]

La fiscalía los preparó. Y claro que cuando te pones a leerlos, todas las averiguaciones señalan a los implicados, incluyendo a muchos diputados…

LatinArt:  ¡O sea que los miembros del Congreso estaban leyendo acerca de si mismos!

Juan Fernando Herrán:  Sí, de alguna manera. Así de que decidí hacer estas piezas [Fuchsia] para en cierta forma reconstruir el acontecimiento principal, en el que 6000 millones de pesos fueron entregados a la campaña en seis cajas color fucsia con estrellas brillantes… Así es como lo describen.

LatinArt:  Me parece inverosímil que alguien del cártel haya decidido usar envoltura para regalo.

Juan Fernando Herrán:  Eso me parece muy interesante… es parte de su forma idiosincrática de pensar. O sea que saben que muchas de estas cosas son ilegales, pero al mismo tiempo se movían con impunidad en la sociedad. Se sentían muy confiados y no querían permanecer tras bambalinas.

Así que aquel color brillante y aquellas estrellas eran otra forma de decir: esto es lo que hemos logrado. Esto es lo que somos.

LatinArt:  ¿Qué nos puedes decir del panóptico basado en casas para perros?

Juan Fernando Herrán:  La forma de esta pieza es como la de una casa para perro, pero la estructura es como un ser múltiple, casi como una medusa o algo así, con muchas cabezas… y controla el espacio en términos de luz y de presencia.

Se trata de una obra que tiene que ver con la seguridad privada. Aquí en Colombia con frecuencia se ven guardias con perros por toda la ciudad. Se repite su presencia y me hace pensar en una suerte poder que realmente no forma parte del gobierno. En cierta forma es muy paramilitar, como pequeños ejércitos de seguridad privada que se meten en todo. Esto también es un síntoma de la crisis.

LatinArt:  Al caminar por las calles de Bogotá, a veces es difícil saber si están bien entrenados los perros o no. A veces parece que los perros se están tomando una siesta en la calle.

Juan Fernando Herrán:  Se trata de empresas de seguridad privada, y los pocos que son del gobierno están entrenados para detectar drogas con el olfato, pero la gran mayoría… son animales nada más. Sin embargo, para muchos el poder se tiene que expresar con algo más que el poder humano. Es un símbolo si tienes dinero para pagar por perros de seguridad. ¿Te acuerdas del nombre de la computadora en la película 2001 Odisea del Espacio? Pues esta escultura es otra versión de Hal 3000, pero se llama "Hal 4". Tiene un sistema de iluminación que aumenta la intensidad de la luz hasta que tenga mucha potencia, así como un atenuador que va reduciendo la intensidad muy gradualmente. Así que da la impresión de estar respirando en el espacio.

LatinArt:  Al ver las fotos de plantas de amapola [papaver somniferum], me sorprendió que dijeras que algunas fueron tomadas en Turquía.

Juan Fernando Herrán:  Algunas de esas fotos se tomaron en Turquía, donde la amapola es legal. El gobierno acapara todo el producto, todas las plantas para producir drogas farmacéuticas. De manera que Turquía produce casi el 70% de las drogas farmacéuticas a nivel mundial, como morfina y codeína… Y esto se contrasta con la situación en Colombia, donde se combate el cultivo de la amapola, ya que se utiliza para producir heroína, por supuesto.

Verás que las fotos tomadas en Turquía son muy bellas. Muestran la planta en toda su belleza… Quería mostrar ambos lados de la planta, para que se viera sin todo el andamiaje ideológico en torno a ella: que es una planta mala, nefasta para el país, etcétera, así como la otra cara, que tiene efectos sociales.

Realicé una instalación escultórica relacionada con ese tema: Terra Incógnita, compuesta por 7 rocas. Encima de cada roca puse figuras en miniatura: todas estas situaciones tienen que ver con las circunstancias mismas de los cultivadores de amapola.

LatinArt:  ¿Y cómo se suscitaron estas imágenes?

Juan Fernando Herrán:  Algunas fueron tomadas de los archivos policiacos porque la policía sobrevuela por todas esas zonas, toman fotos de los cultivos de amapola y las utilizan para llevar a cabo sus campañas de erradicación. Por lo tanto, tienen muchas fotos de los lugares donde hay cultivos. Los cultivadores están a la espera de ser capturados porque cuando llegan los helicópteros no pueden hacer gran cosa, puesto que no tienen dónde refugiarse. Es inútil ponerse a correr por las montañas. De manera que por lo general están esperando a que los capturen.

Para mí es significativo que las rocas en Terra Incógnita estén alejadas entre sí. Existe una sensación de distancia entre estos lugares. Por otra parte, la escala de las figuras da la impresión de que al ver el espectáculo estás en las alturas y estás observando la situación a cierta distancia, estás distanciado mentalmente.

LatinArt:  El distanciamiento del observador de la situación real queda reinscrito en la escultura.

Juan Fernando Herrán:  Así es. El espectador tiene que acercarse mucho para poder ver lo que está pasando en las esculturas, puesto que al entrar al espacio únicamente se ven las rocas.

LatinArt:  En muchas de estas piezas sitúas al observador en una posición alejada, donde no queda directamente relacionado o implicado. En cierta forma tiene que decidir cómo involucrarse.

Juan Fernando Herrán:  Con mucha frecuencia abordo el tema de decidir dónde estás, no solo en el sentido físico, sino en cuanto a tu postura ideológica. ¿Cómo te ubicas frente a estas situaciones? En la fotografía misma, la ubicación del fotógrafo en relación a lo que está viendo define la imagen en gran parte, así como la manera en que quiere que funcione.

Siempre pienso que de alguna manera el artista se expresa con un vocabulario divergente. Muchas de estas problemáticas quedan representadas en los medios masivos, pero en formas muy distintas.




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