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Cristián Silva: Caddy atacado por queltehues


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Banderas Negras de la amistad by Cristián       Silva


Poblete y Riquelme by Cristián       Silva


Responsabilidad y Justicia by Cristián       Silva


Cocula Swing by Cristián       Silva




Lea la reseña de la exposición

Cocula Swing by Cristián       Silva

Museo de Arte Contemporáneo Carillo Gil ,
11/02/2004 - 09/05/2004
Mexico, D.F., Mexico

Cristián Silva en el Museo de Arte Carrillo Gil
por Ichiro Irie

Otro motivo recurrente en la obra de Silva es el golf, que nos remite a la obra que da titulo a la exposición, Caddy atacado por queltehues. En el video de formato circular inserto en la pared del museo, un caddy espera pacientemente a su empleador mientras dos aves semejantes a cuervos planean constantemente sobre él. El caddy representa un estrato intermedio de la sociedad, un sirviente contratado por el golfista adinerado, un esclavo doméstico contemporáneo, como oposición al esclavo rural que recolecta algodón o al obrero que trabaja por un salario mínimo (en tanto los "queltehues" son una especie de aves autóctonas de Chile, habitantes originarios del lugar muchos siglos antes de que ese paisaje se convirtiera en un campo de golf). Esta obra puede interpretarse como la encapsulación de la clase media complaciente, que tolera un grado considerable de abuso con el objeto de mantener sus mediocres posiciones en la sociedad. Para Silva, el juego del golf representa no solo conservadorismo y riqueza sino también una compleja actividad para el tiempo libre que se desarrolla en un paisaje artificial, o en aquello que Silva denomina hiperpaisaje. Una vez más, es evidente que el hecho de que sus orígenes sean escoceses fascina al artista como una conjunción de significado y suma geográfica de probabilidades.

Una más de las numerosas piezas relacionadas con el golf es un pequeño dibujo/collage –realizado en papel milimetrado de color verde, que con seguridad puede conseguirse en comercios de artículos de librería- que representa a varios golfistas que balancean sus bastones, titulado Cocula Swing. En lugar de balancear palos de golf corrientes, sostienen bastones de cuyos extremos surge una especie de látigo de nueve puntas que crea una extravagante escena de flagelación personal y colectiva. Esta superimposición del golf, con todas sus connotaciones, tanto para Silva como para toda otra persona, en conjunción con amenazantes escenas de brutalidad en cierto modo vincula estas actividades dispares y clarifica solamente que los puntos de conexión en el universo de Silva se encuentran más próximos de lo que las apariencias nos llevan a creer.

Enemigo mío, la obra que aparece como culminante en la muestra, es un video en el que aparece un personaje alienígena/simiesco que masculla en forma incomprensible, tal como el guerrero "drac" en la película homónima. En la parte inferior aparecen subtítulos con carga social y emocional, que de hecho son citas aleatorias de declaraciones formuladas por políticos, líderes militares, prisioneros y otras personalidades de Chile durante los últimos 30 años. Esta obra resulta al mismo tiempo aterradora, divertida y desconcertante, ya que el espectador no llega a descubrir quién está hablando en realidad ni cuál es la relación del artista con aquello que se dice.

En su conjunto, la exposición tiene numerosos momentos intensos, especialmente Seis hermanos, The Raft of the Medusa, Enemigo mío y algunos de los dibujos de menor tamaño. Nada empaña la influencia de Beuys en todo el evento, desde su uso del paño (no hay juego de palabras implícito) hasta su obsesiva recurrencia en motivos específicos tales como el chocolate, los números y el color, todos ellos como un torbellino de recordatorios para un fenómeno en intersección. Algo que me causó cierta perplejidad fue el hecho de que la sala recibía el impacto de los objetos y que existía una disonancia entre su obra más explícitamente política y poética y sus piezas más formales..., si exceptuamos el uso del color verde. No pude evitar la sensación de que podría haber omitido un tercio de la muestra y, aun así, el espectador hubiera asistido a una exposición más despojada y más coherente. Bajo la impresión de que existía una intencionalidad, consulté a Silva al respecto y me dijo que el proceso de instalación fue en verdad el aspecto que le resultó más trabajoso porque deseaba oponerse abiertamente al enfoque minimalista y más institucionalizado de las instalaciones y, al mismo tiempo, bombardear al espectador con información hasta el punto en que no tuviera la posibilidad de señalar un objeto y afirmar inequívocamente que "de esto se trata esta exposición". No obstante, hay abundante material interesante para ver que contrarresta en gran medida detalles semejantes y que convierte a la muestra en un evento digno de visitar. Más aun, brinda a los habitantes de México D.F. la oportunidad de descubrir y profundizar su conocimiento acerca de uno de los creadores más inquietantes de la escena artística contemporánea en Guadalajara.

Lea la entrevista con Cristián Silva.

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