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Arte & Espacio Social
Entrevista con BijaRi en San Pablo, Brasil.
Virginia Gil Araujo




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Virginia Gil Araujo: Sabemos que BijaRi es un grupo con un background de estudios de cuestiones urbanas. ¿Cómo las inserciones en el espacio fí­sico urbano piensan y promocionan el uso y la función de la arquitectura y el significado de la ciudad?

BijaRi: Primeramente, creemos oportuno hablar del motivo de la urgencia actual en pensar la arquitectura, el urbanismo y las ciudades, con las connotaciones polí­ticas e ideológicas que involucran estos conceptos, para entonces ver cómo canalizamos esas reflexiones a través del arte de hoy.

La metrópolis de Sao Paulo, con casi 20 millones de habitantes y toda la diversidad, complejidad y contradicciones que propone, siempre fue un gran reto para BijaRi. Por ser extremadamente rica y pobre al mismo tiempo, ella tiene todos los problemas comunes a las grandes ciudades contemporáneas en una escalada inmensa y muy explosiva: de un lado, la polución causada por los autos con la emisión de gases nocivos al ambiente; de otro, la estupefacción causada por aquellos que son marginalizados y que ocupan las áreas de manantiales - rí­os, riachuelos, cuencas- sitios inapropiados para la urbanización, y sin la mí­nima estructura sanitaria. Altos í­ndices de violencia causados no solamente por las diferencias de clases, sino también étnicas en sus recientes segmentaciones: facciones marginales vs. policí­a; movimientos sociales urbanos (el trabajo y la habitación) vs. gobierno. Exclusión y marginalización por un lado, y por otra promoción de la imagen de una ciudad globalizada y rica donde se aprecia el mito del éxito profesional a todo costo, de la cultura de las celebridades y de la ostentación obscena. Todos esos ingredientes constituyen el caldo explosivo que es la cultura de Sao Paulo.

Constatado eso, y explicitados esos conflictos, BijaRi buscó primeramente maneras de posicionarse crí­ticamente y propositivamente frente a los problemas urbanos a través de acciones que en principio no se identifican con los formalismos pensados para el arte, pero con la creación de mensajes contra-medios, imágenes disidentes, acciones provocativas, con el paisaje urbano como contexto —siempre fue una intención en el modo de actuar de nuestro colectivo: estar en contacto con la calle, con las construcciones, con los muros, con las zonas fronterizas, los habitantes desclasificados y las personas en general. Y, así­, naturalmente esas creaciones fueron apropiadas poco a poco en la esfera del arte, que es un terreno donde todo está permitido, donde todo es apropiado con revisión de sentidos, de valores éticos.

Virginia Gil Araujo: ¿Podrí­an comentar la acción urbana intitulada Galinha: detonador de conflitos [Gallina: Detonador de Conflictos], como un trabajo de esta fase inicial del grupo?

BijaRi: Bueno, existen dos trabajos seminales del grupo. El primero se trata de una acción con una gallina, un trabajo directamente relacionado con la cuestión biopolí­tica urbana. Estudiada y planeada a través de análisis de contextos socio-culturales antagónicos, la acción buscaba la activación y el diálogo con el público en sus más diversificadas formas, por la deflagración de una situación inusitada. Una gallina suelta en dos de los espacios más concurridos en Sao Paulo, y extremadamente cercanos uno del otro. Sin embargo, con caracterí­sticas bastante distintas: el primero, el Largo da Batata, una mezcla de terminal terrestre ocupado por el mercado informal es un espacio asistido por una clase periférica, en la cual predomina la población del Noreste de Brasil, una mayorí­a mestiza y negra. Al lado, el centro comercial Iguatemí­, el "supermercado" más exclusivo y rico de la ciudad, frecuentado por celebridades. Es importante alentar que ambos están ubicados en la zona oeste y en la misma Av. Faria Lima. En los dos espacios soltamos una gallina, y con una cámara fuimos registrando las acciones de las personas y el desarrollo de la situación creada. Mientras en el espacio popular se desencadenaban una serie de revelaciones simbióticas, corporales, verbales, de entropí­a y acercamiento; en el espacio exclusivo del centro comercial se desencadenó una situación tí­pica de la sociedad de control y la gallina fue flagrada como un "elemento intratable" en "actitud sospechosa" (término policial usado para alegar abordaje indiscriminado a sospechosos). La gallina en el centro comercial quedó suscrita al aislamiento, al temor y control de los asistentes de aquel sitio comercial. Eso culminó en la expulsión de la gallina del sitio por las comitivas de seguridad privada de aquel punto de consumo.

Las situaciones yuxtapuestas evidencian a través del registro video-gráfico las formas y las estructuras tanto visibles cuanto ocultas de control socio-espacial. Además, poní­an en duda algunas nociones urbaní­sticas de vitalidad de espacio público, muchas veces evaluadoras del proceso de reordenamiento urbano de carácter excluyente —el Largo da Batata en su fase avanzada de reforma "gentrificadora". El boulevard, el Iguatemí­, con su paseo de granito amplio, palmas exóticas, vitrinas iluminadas y cámaras de seguridad, se puso tan rí­gido, tanto los cuerpos como las mentes de las personas que pasaban por el entorno: perplejos y desestabilizados emocionalmente, reaccionaron mal, por momentos denunciando o solamente manifestando una visión de mundo, en que la gallina se volví­a una amenaza. Del otro lado de la Av. Faria Lima, la gallina representa un alimento bastante popular y querido por la población brasileña, y la acción denotaba una serie de reacciones de entropí­a, de acercamiento y juego, evidenciando una calidad genuinamente colectiva que, por ser de nadie, son efectivamente de todos.

El otro [trabajo seminal] es el afiche Anti- pop (una estrella cortada por la mitad como el signo de prohibición de placas de tránsito pintadas a serigrafí­a básica) que fue pegado por las calles de Sao Paulo exactamente en la misma época del boom de la cultura de las celebridades aquí­ en Brasil. Entonces nos preguntábamos: ¿pero ustedes no están creando otro icono de aquello que critican? Y percibimos que la manera de interferir en esta cuestión era buscar un mismo plano simbólico, el plano de la información, del espectáculo, pero de forma a invertir su posición para subvertir su contenido. Invitados para la Bienal de La Habana en 2003, hicimos collages de esos carteles allá, lo que causó un efecto interesante, gracias al extrañamiento que causo en el contexto suburbano, pues la estrella en Cuba es el sí­mbolo de la revolución.

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