Paralelamente a su obra artística, que se desarrolla a partir de los años 90, trabaja en TEOR/éTica desde que participó activamente en el mega-proyecto Estrecho Dudoso, ocupándose del espacio del Kiosco en el Parque Central. Actualmente es encargado de la biblioteca y de la recepción y orientación de visitantes. Formó parte del Taller Al Margen, impartido en el Centro Penitenciario de La Reforma en Costa Rica. Desde la prisión participó en certámenes y exposiciones a nivel nacional en San José con obras que recibieron menciones de reconocimiento. Al recobrar la libertad, en el 2002, alterna el trabajo como salonero de restaurantes con su producción artística, y luego sigue algunos estudios de producción audiovisual en el Instituto Nacional de Aprendizaje. En sus trabajos, tanto colectivos como individuales, la experiencia carcelaria tiene un papel protagónico. Su primera obra de este período, in dubia tempora (2005), realizada de forma colectiva con la escritora María Montero y el fotógrafo José Díaz, ha sido ampliamente expuesta: un libro de artista de amplio formato, con imágenes de objetos e instrumentos realizados con material prohibido o de desecho en las cárceles costarricenses. Estas imágenes, obsesivamente depuradas, limpias, elegantes, acompañadas por textos de gran inteligencia e ironía, abordan el tema de forma inesperada y original, haciendo referencia al lenguaje de las causas penales.

Existe una percepción particular del paso del tiempo y de las implicaciones en relación al cuerpo inmerso en ese espacio temporal particular, y un asunto de límites físicos y mentales, así como una reflexión constante sobre la muerte que planea sobre las vidas de los confinados y los Egresados, título de otra de sus piezas del 2007, un montaje fotográfico que rememora a compañeros desaparecidos en un paisaje urbano construido con mausoleos del Cementerio General.

Su propuesta artística está pues, construida desde su experiencia personal en el universo del encierro, del silencio, de la inseguridad pero también de la imaginación y la creatividad orientada hacia mecanismos de supervivencia. Tiene la capacidad de crear estructuras de escapatoria lúcida manteniendo constantemente la perspectiva irónica, e incluso directamente humorística, lo que le evita caer en el miserabilismo y la autocompasión.

El breviario Máximas de seguridad (2007), reúne una serie de dibujos en un pequeño compendio de instrucciones para sobrevivir y ganar respeto en la cárcel, que repartió los días de visita en varios centros penales. Una de sus últimas piezas, ("La ruleta de las potencias") creada junto a la artista Sila Chanto (con quien integra el colectivo "La banda de los sumergidos-emergentes") para Bienarte 2007 en Costa Rica, y que le valió ser seleccionado para la Bienal Centroamericana 2008, toma elementos de los juegos de azar, y utiliza hábilmente mecanismos poéticos y alegóricos que conducen a reflexionar ante la violencia implícita en el lenguaje institucional, sea artístico, judicial, médico... donde el individuo desaparece en clasificaciones y tipologías pre-establecidas. Actualmente se encuentra trabajando en varias obras audiovisuales, incluyendo una que contempla la grabación de declaraciones de privados de libertad dentro del Centro Penitenciario de La Reforma, con la proyección simultánea de las mismas en el edificio de los juzgados, como una forma de llevar hasta las salas de juicio las palabras que no se oyen.

-Virginia Perez-Ratton