Efecto Downey, curadurí­a concebida por el reconocido teórico chileno Justo Pastor Mellado, y co-curada por la artista y activa promotora cultural argentina Patricia Hakim, es la oportunidad para admirar una parte del formidable universo del artista chileno Juan Downey (1940 Santiago, Chile - 1993 Nueva York, EEUU). Radicado desde 1969 en la costa este de los Estados Unidos, Downey fue pionero del videoarte, videoinstalación, y uno de los artistas más importantes de la segunda vanguardia del siglo XX. La exhibición también presenta las interconexiones posibles entre su obra y la de los jóvenes artistas Adriana Bustos (Argentina), Fredi Casco, (Paraguay), Mario Navarro, (Chile), Ingrid Wildi, (nació en Chile, radicada en Suiza) y Claudia Casarino, (Paraguay).

Esta breve descripción, resulta vaga frente al alcance del ejercicio curatorial desarrollado por Mellado, que proviene de su ya clásico ensayo El curador como productor de infraestructura (2001). Para el crí­tico, la curadurí­a en el contexto regional se convierte en herramienta de amplio alcance epistemológico, que aporta a las demoras de la historia del arte, y apoya lecturas analí­ticas a la historia local; en contraposición con la curadurí­a de servicio, determinada por la industria del espectáculo. Con este espí­ritu, Mellado utiliza de manera alegórica el plano arquitectónico del espacio de exhibición. Con humor y agudeza ubica la obra de Downey en la primera planta, como infraestructura económica que refracta la superestructura jurí­dico-polí­tica a cargo de los artistas en la segunda planta. A pesar del enfoque crí­tico-educativo de la muestra, el camino hacia sus contenidos es empinado. La habilitación de diferentes dispositivos (obras y otros documentos), aspecto central para la tesis de Mellado, choca frente a las circunstancias de acceso a la videografí­a de Downey. Seis maratónicas horas de proyección continua (14 videos), por un único canal y con audio por audí­fonos. Fatigoso pero importante requisito para apreciar la muestra en su conjunto.

El esfuerzo vale la pena al ir descubriendo la contundencia y pertinencia de Downey en la actualidad. En su clásica video instalación About Cages (1987), reconstruida para la exhibición, y en la proyección de sus series Video Trans Americas (1973-1978) y el Ojo pensante (1980-1990), se destaca la revisión del artista hacia el colonialismo, imperialismo, represión polí­tica e historia oficial, desde el poder que le otorgó el video analógico como tecnologí­a de punta en su momento. Su videografí­a cuestiona la transparencia de las imágenes, la tecnologí­a que sostiene su ficción de objetividad y veracidad, la construcción de conocimientos a partir de la representación, y su relación con el poder y la acción. Los espléndidos videos son sensibles ensayos sobre la espinosa representación de los subalternos, imperio, arte o cultura de masas. Precursor de los itinerarios de las culturas visuales, en su trabajo despliega el impacto del postestructuralismo y psicoanálisis al giro visual de la cultura contemporánea.

Las relaciones de poder que tanto inquietaban a Downey se filtran a los mecanismos de legitimación, circulación y consumo de su trabajo. La escasa difusión y conocimiento de Downey en América Latina, a excepción de su paí­s de origen, salió a relucir a partir de esta muestra. Su presencia en Argentina ha sido esporádica y eventual. En 1972 Jorge Glusberg organiza la muestra Hacia un perfil del arte latinoam