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Internacional Errorista: La revolución por la vía de los afectos. Parte 2
Santiago Garcí­a Navarro




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FZ: Por lo pronto, tenemos previsto este año una especie de gira de propaganda del Errorismo. Yo creo que ahora el Errorismo entra en otra etapa, se despega de la venida de Bush a Mar del Plata, se despega del estereotipo del árabe, y empieza a indagar sobre el sentido filosófico propio del Errorismo. Creo que viene una etapa de reflexión hacia adentro, con algunas salidas también. Nos vamos a abocar a sumar nuevos miembros. Y sobre todo pienso que vamos a apuntar a los países con este conflicto, como Francia, y a Europa Central, que está con este tema de las caricaturas de Mahoma. Ahí necesitan el Errorismo. También es necesario en Estados Unidos un ataque errorista. Lo que pasa es que tiene que estar muy bien planeado, porque ellos están atentos a todo.

SGN: ¿Y cómo se van a abocar a la expansión de la Internacional?

FZ: Hay que conformar bien los comités, a partir de la idea de los soviets. Ahora creo que las células que conformaron la primera etapa de la IE tienen que expandirse a distintos lados, y conformar nuevas células que estén en contacto entre sí y que puedan sostener en cuerpo esa previsión del manifiesto y de la película. Etcétera... nació con una negación, en respuesta. Salió a la acción, al ataque. El Errorismo empieza a programar, proponer y organizar algo. Es un poco la transformación que hizo Dadá hacia el Surrealismo. Por otro lado, se conformó una identidad del grupo Etcétera..., que funciona bien para el mercado, una identidad catalogable. Etcétera permanece como una parte de la dirección dentro del Errorismo, pero también tiene su canal autónomo para otro tipo de actividades.

LG: El Errorismo concretó la aspiración que siempre tuvo Etcétera... de ser un movimiento, de abrirse, de no cerrarse en un colectivo. Con Etcétera... tuvimos a mitad de año mucha discusión sobre si íbamos a seguir o no como grupo, porque sentíamos la frustración de esa idea movimentista. Después de que hicimos una gira por Europa y conocimos a gente de distintos países, nos dimos cuenta de que se estaba conformando una red, un movimiento, y que no tenía nombre. El Errorismo permitió que la gente se acercara a la acción y la tomara como propia, consiguiendo recursos, dando su tiempo.

SGN: ¿Ya hay células en otros países?

LG: Se llevaron muchas armas poéticas a Rusia, a Brasil, a Francia.

FZ: Pero células activas tenemos en Italia, en Berlín y Marsella, y creo que en Estados Unidos.

SGN: El problema de que Etcétera se transforme en el Debord de la IE es que empiece a hacer la política de exclusión: vos te portás mal y te rajo.

Todos: (Risas).

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Sobre el autor
Santiago García Navarro escribe sobre temas de arte, política y arquitectura. Fue miembro del colectivo Duplus, con el que publicó el libro El pez, la bicicleta y la máquina de escribir (Buenos Aires, Fundación Proa, 2006). Vive y trabaja en Buenos Aires.

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