BK: Esa distinción de departamentos que usted menciona es muy interesante...

DD: Es resultado de la confluencia entre el curador, los compañeros de trabajo, los miembros del directorio y la conducción. Todos trabajan juntos y su entusiasmo y apoyo nos han permitido alcanzar estos logros. Muchas personas tienen preconceptos respecto de Santa Barbara: es un ámbito muy conservador, con alto nivel económico, y entonces, ¿te imaginas a Siqueiros en Santa Barbara? Se trata de un lugar especial.

BK: ¿Podría referirse a la exposición de Gunther Gerzso que se presenta en este momento? Tienen a Siqueiros afuera y a Gerzso adentro, una grandiosa combinación.

DD: La obra de Siqueiros constituye un grandioso punto de partida para contemplar a Gerzso y considerar lo que ocurre durante el movimiento muralista y posteriormente. El período que comprende la década de 1950 y los primeros años de la década de 1960 se ha visto oscurecido por dos razones principales; una de ellas es la importancia y poder del muralismo. Es el primer movimiento del arte moderno que surge en el continente americano, además de ser el más exitoso y más estrechamente ligado a México. El otro motivo es que, antes y durante la Segunda Guerra Mundial, México constituyó el destino de intelectuales y artistas. Al finalizar la guerra, Nueva York concitó la atención unánime y los EE.UU. comenzaron a promover el Expresionismo Abstracto por sobre toda otra manifestación. Nuestro punto de vista es: "No, muchas otras cosas ocurrían en México, pero el proceso se encontraba opacado por los Estados Unidos. Gerzso resultó víctima de esta polarización, porque en lugar de considerar su obra como una forma de expresión sincera, se lo descalificó por ser pintor de caballete. Nosotros, obviamente, estamos convencidos de que realizó un aporte especial a México durante el período de posguerra. El público tiende a saltar del muralismo a La Ruptura y omite el período intermedio que anticipó la abstracción y la libertad del muralismo y del gobierno que posteriormente corporizó La Ruptura.

Debido al alcance de este evento, y por otras razones, era importante que esta exposición se presentara en México. No queríamos organizarla aquí para que solamente se presentase aquí. No sería justo para Gerzso. Por ello, llevamos adelante el proceso y estamos felices de que haya tenido éxito. Luis-Martín Lozano, Sari Bermúdez, Saúl Juárez, Jaime Nualart, Teresa Márquez y otras personas mostraron una gran disposición a colaborar con el proyecto y, como resultado, la exposición se trasladará al Museo de Arte Moderno en México D. F.

BK: También me ha resultado muy grato el comienzo del evento con su trabajo en escenografía para cine y teatro. Creo que define acertadamente la manera en que imaginaba las composiciones espaciales y la abstracción.

DD: Sí, porque Gerzso tenía una relación de amor/odio con la cultura de masas. Por una parte, le encantaban las películas y por otra, tenía sus reservas respecto de participar de la cultura de masas. Quisimos que el público advirtiera este hecho y comprendiera que una de las razones por las cuales pudo disfrutar de una cierta independencia de los subsidios gubernamentales y el yugo del muralismo era porque se ganaba la vida como escenógrafo. La escenografía no era un hobby para él.

Espero que el público extraiga el concepto de que la condición humana era absolutamente esencial en la abstracción de Gerzso. En una época en que el arte público era tan poderoso y sólido, la creación privada de pintura de caballete que abordaba nuestra experiencia psíquica interna resultaba muy valiosa. Gerzso pertenecía a esa clase de pintores abstractos de mediados de siglo que creían en el mito, el psicoanálisis y el arte aborigen del continente americano como fuentes para su creación artística.