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Prácticas Curatoriales
Entrevista con Diana C. du Pont, Curadora, Museo de arte de Santa Barbara, EEUU
Bill Kelley Jr.




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DD: Hubo dos momentos muy especiales en el transporte del mural hasta aquí. Uno fue ver la construcción intacta, con la obra de arte en su interior, mientras viajaba por Sunset Boulevard en dirección a la carretera 405 en Los Ángeles. ¡Sentí que era un momento grandioso! El segundo ocurrió luego de la llegada del mural a Santa Barbara, cuando los conservadores quitaron la protección y me dijeron que no se observaban daños, que la operación "¡era un éxito!" Como curadora, sabía que estábamos asumiendo un riesgo calculado, ¡pero estas palabras fueron música para mis oídos! Puedo afirmarlo porque habíamos estudiado la situación con todo detalle y trabajado muchísimo para minimizar todo efecto negativo, de modo que teníamos tranquilidad y confianza en que no ocurriría nada malo, pero siempre es maravilloso ver cómo todas las piezas se van colocando en su sitio tal como estaba planeado. Nos impulsaban una profunda preparación y nuestro compromiso con la causa de poner esta obra al alcance del público.

BK: Me imagino que es especialmente riesgoso, si se tiene en cuenta que de los tres murales que Siqueiros pintó en Los Ángeles, éste es el único que permanece absolutamente intacto. Uno de ellos se destruyó por completo y el otro (América Tropical)no es más que una sombra de lo que fue.

DD: Sin embargo, ¿qué habría ocurrido si hubiésemos desistido y un nuevo propietario, sin el menor aprecio por el arte, se hubiese mudado a la casa? Tuvimos suerte porque los dueños en ese momento eran personas con amplios conocimientos sobre arte y museos, de modo que tenían mucho interés en que esta obra maestra se preservase.

BK: Es verdad. El Museo, por su parte, ha desplegado una intensa actividad, no limitada a exponer sino también a coleccionar arte latinoamericano. ¿Podría hablarnos acerca de este tema?

DD: El Museo había coleccionado arte latinoamericano desde su fundación en 1941. La colección latinoamericana experimentó un significativo crecimiento cuando el Dr. MacKinley Helm, uno de los primeros expertos en arte mexicano moderno, quien también poseía una casa aquí, nos donó gran parte de su colección. El Museo ya tenía una trayectoria en la exposición de arte mexicano y ése fue mi punto de partida para estimular nuevas acciones en esa dirección.

Había trabajado en esta área antes de venir aquí y, entre otras actividades, había organizado un evento dedicado a Graciela Iturbide en el San Francisco Museum of Modern Art y una exposición de Eugenia Vargas en el University Art Museum, California State University, Long Beach; por eso, ya me sentía entusiasmada por la posibilidad de trabajar en un campo de tanta riqueza y, sin embargo, tan escasamente difundido. El Museo ya contaba con una base a partir de la cual era posible trabajar y, por ello, nuestra filosofía debía ser la de "construir a partir de nuestras capacidades".

El Museo se había concentrado en el arte de México, especialmente en arte moderno. Cuando me incorporé, quise mantener vigente esa tendencia, pero también expandirla para incluir América Central y del Sur. Es ése el motivo por el que la adquisición Torres-García era tan significativa. Adquirimos también una obra importante de Miguel Ángel Ríos y otra de Luis Cruz Azaceta. En lo que a nosotros se refiere, no hay límite para las posibilidades.

BK: Las posibilidades son múltiples y, sin embargo, ciertos temas persisten..., lo regional vs. lo internacional, entre otros. ¿Cómo se manifiestan las prácticas de colección y exposición a la luz de la creciente atención que el campo despierta en curadores y académicos?

DD: Existe una creciente presencia del arte latinoamericano en los museos, ¡es algo fabuloso! Sin embargo, quisiera invitar a alguien a recorrer los museos de nuestro país y a demostrarme dónde se expone arte de América Latina habitualmente y en pie de igualdad con el arte de los Estados Unidos o Europa. Me gustaría que así fuera. Nuestro Museo es pequeño y lo suficientemente flexible como para que podamos exponer obras en todos los medios y de diversas épocas y, en cierta medida, no tengamos limitaciones. No hay aquí diferentes departamentos que impongan límites artificiales. Somos afortunados en este sentido, porque eso no suele ser la norma. ¿Ha notado que todos los museos en nuestro país dependen de los departamentos de arte latinoamericano? En el área del Arte Moderno y Contemporáneo, no contamos con departamentos. No soy curadora de arte latinoamericano per se y, sin embargo, solemos tener una relación mucho más estrecha con el arte latinoamericano, con frecuencia integrado con arte de otras regiones, que los museos que disponen de departamentos específicos. Y así es, los curadores y académicos proponen desmantelar las fronteras..., vamos a ver qué significa eso en la práctica.

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