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Mark Bradford

Retrato del Artista by Mark       Bradford






transcripción de la entrevista

Fecha de la entrevista: 01/11/2004
Lugar: E.U.A.
Tema: Entrevista a Mark Bradford en su estudio
Entrevistador: Bill Kelley Jr.

LatinArt:  Uno de los principales temas de debate en torno de su obra se refiere a su experiencia previa como estilista y su elección de materiales como artista. Para comenzar con la entrevista, ¿podrí­a profundizar o clarificar este aspecto?

Mark Bradford:  Por supuesto, han surgido muchas preguntas en torno de mi vocación previa y mi elección de materiales. Al principio me preguntaba por qué. Supongo que era una buena historia, pero cada vez con mayor frecuencia he investigado qué me atrae a este paisaje en particular una y otra vez -no tanto las elecciones de materiales sino el paisaje mismo. La decisión de utilizar materiales propios del gremio fue una decisión orgánica antes que estratégica. El papel tisú (trocitos de papel que se utilizan en las permanentes) era barato y ello me permitió una cierta libertad artí­stica que no podrí­a haber disfrutado de otro modo porque me encontraba sin un centavo cuando me gradué. Utilizar aquello que estaba disponible y crear algo de la nada era una necesidad inconsciente. Provengo de una familia de comerciantes, no tuve formación artí­stica, pero sí­ una amplia capacitación basada en "la necesidad aguza el ingenio". En un contexto más amplio, creo que extraigo materiales de mi entorno local.

LatinArt:  Me interesa el debate actual sobre urbanismo y la manera en que podrí­a relacionarse con un tema más amplio respecto del modo en que el arte interactúa con las personas que viven en ese ámbito.

Mark Bradford:  En principio, si te sitúas en el presente urbano en nuestro paí­s, ese presente es moreno. En gran medida, la cultura popular sigue adscribiendo el centro-sur de Los Angeles a la cultura negra, pero el fluir cotidiano es una conversación negra y morena. Gran parte del material que utilizo proviene de aquello que denomino cultura mercantil -cartelerí­a y producciones culturales efí­meras. En mi opinión, la intersección son los planos de capitalismo local. Carteles que anuncian "Plomero" junto a "divorcios acelerados" coexisten con avisos de Juan Gabriel engrampados sobre un póster de los grandes éxitos de Tupac Shakur, múltiples planos que informan y excluyen a la cultura simultáneamente y de los que me nutro, de mi entorno inmediato que es donde vivo y donde tropiezas con estas intersecciones.

Me gusta utilizar material publicitario por un motivo, no las carteleras debido a la naturaleza heroica que te obliga a alzar la mirada hacia ellas; el material publicitario que me interesa se relaciona con aquello que efectivamente puedes ver como peatón, cuando viajas en autobús o en forma periférica desde un automóvil. Por lo general, esta clase de publicidad de menor tamaño tiene una relación mucho más estrecha con la comunidad porque está creada con ese objetivo. Esta publicidad es tan eficaz porque apunta a aquello que la comunidad va a utilizar... "Bien, sabemos que estas personas van a tomar estos autobuses y por ello vamos a colocar publicidad en este lugar". Me gusta la forma en que esta especie de publicidad informal circula en ciertas zonas de la ciudad. Es muy notoria en México D.F., aunque no tanto en Los Angeles a menos que vayas a la zona sudeste de la ciudad porque los códigos en la zona noroccidental son muy restrictivos. Comencé inmediatamente a elaborar esta clase de publicidad y lenguaje debido a que es inevitable tomar contacto con ella. Soy una especie de antropólogo y por ello advierto los procesos demográficos: la creciente presencia latina en la publicidad informal, en la economí­a.

Por ejemplo, iba caminando por la calle Crenshaw hacia mi peluquerí­a que se encuentra en la intersección con la calle 45. Ahora bien, Crenshaw es históricamente una zona de población negra, pero habí­a un hombre latino que vendí­a tapacubos y nunca habí­a visto eso antes en esta zona; así­ que me acerqué e inicié una conversación diciendo "Eh, ¿en qué andas?, ¿puedes vender tapacubos por aquí­?, ¿te lo permiten?". Me respondió, "Oh, sí­, está todo bien, podemos venir por aquí­, solamente no puedes bloquear toda la acera porque por lo general la zona de los tapacubos queda un poco más al sur". No se veí­a eso cuando llegábamos a Crenshaw. Era extraño ver que se vendieran tapacubos allí­. Son esta clase de uso informal del espacio y todos estos sutiles movimientos que observo aquello que se incorpora a mi obra.

LatinArt:  Los textos escritos sobre su obra parecen mencionar siempre su inclusión en el influyente expo "Freestyle" organizado por la curadora Thelma Golden del Harlem Museum donde se comenta sobre "Post-Black" (Post-Negro). Advierto que su obra plantea importantes cuestiones raciales y sociales en un mundo del arte no necesariamente interesado en debatirlas. En mi condición de latino que vive en Los Angeles, tambié n me interesa este debate post-negro como elemento de una cuestión "Post" más amplia. En mi opinión, la idea de "Post" como estrategia, me otorga autoridad para manejar estereotipos. En otros cí­rculos este concepto es problemático.

Mark Bradford:  Exactamente, coincido contigo en que el aspecto "post" puede otorgarte mayor autoridad para manejar estereotipos y creo que eso es lo que Thelma logró con la exposición Freestyle. Algo que me resulta muy interesante acerca de la cuestión Post-Black es que es una problemática tan GRANDE. Debemos detener el pensamiento colectivo. Me refiero a que si una persona dice algo y tú no estás de acuerdo, entonces ¡cambia el maldito canal! ¿Acaso es necesario regimentar las fuerzas? No. La pluralidad en el "vecindario" debe ejercerse en el proceso creativo desde el comienzo.

LatinArt:  Efectivamente, pero este tema también suscita otro acerca del mercado y las exposiciones colectivas "étnicas" o nacionales. Al parecer existe una "re-regionalización" en términos de cómo se someten a consideración los proyectos internacionales, tanto si hablamos de Post-Negro, Post-Chicano o de este sitio Web-, es un dilema que negociamos constantemente. ¿Cómo lo ve usted?

Mark Bradford:  ¿Cómo lo negocio?

LatinArt:  Sí­

Mark Bradford:  Los Angeles es una ciudad muy segregada. La raza aun puede llegar a transformarse en una cuestión extremadamente compleja en nuestro paí­s y ello se evidencia también en el mundo del arte con las "exposiciones colectivas étnicas o nacionales" que mencionabas. Tomar una ecuación racial simplista y complejizarla es siempre un desafí­o y podrí­a no ser demasiado bien recibido por parte de museos conservadores o un público habitué de eventos de arte. -Creo que el mundo del arte deberí­a ser más sofisticado? Bueno, es una idea romántica, pero me pregunto cuánta gente de la zona oeste (la zona mas rica de Los Angeles) viene a la zona sur para participar en eventos de arte. Quiero decir, ¿cuáles son las cifras? Percibo esta dinámica que tú mencionas como una serie de relaciones negociadas. Y una vez más, en algunos casos sólo se requiere un quiebre.

La cuestión de los estereotipos estriba en la cantidad de personas que reconocen la existencia de "otro". Si no desterramos estas ideas acerca de la raza, seguiremos en constante enfrentamiento con la naturaleza estática de la basura colectiva. Entonces, ¿cómo lo negocio? Todo se reduce básicamente al sentido individual. Hay momentos en tu carrera en que podrí­as sentirte obligado a participar de esos eventos y otras veces en que quizá no los necesites. Una estrategia mejor, que en mi opinión es correcta, consiste en tomar parte en el evento condicionado por el estereotipo y luego hacer el intento de encontrar una manera para cambiar su contenido desde adentro, para utilizarlo como plataforma. Siempre me gustó realizar exposiciones del Mes de historia Africano-Americano. (Risas). Harí­a que la polí­tica de esas celebraciones se cuestionaran a sí­ mismas, eso es una estrategia.

LatinArt:  Los artistas siempre ofrecen respuestas más interesantes a estas preguntas-

Mark Bradford:  Todo el mundo tiene un orden del dí­a diferente. Me refiero a que yo tengo mi práctica pictórica que me ha otorgado un cierto grado de aceptación muy diferente de las obras creadas para un determinado entorno. Entro y salgo de ellas. Es divertido porque crecí­ de esta manera informal, fui un niño que participó del comercio informal y jamás tuve contacto con el arte. Estaban todos esos proyectos y trabajos que realizaba: la peluquerí­a, etc. No tení­a formación artí­stica y siempre consideré el arte como "ese" ámbito, que historiza, cataloga y selecciona- Sólo quiero realizar la producción artí­stica..., una vez que lo logro, para mí­ "ese" es el paisaje del arte. Tal como he dicho siempre: desde los márgenes al museo. Una vez que penetro en el "arte" tengo plena conciencia de ello como territorio. Una vez en "ese", pertenece a "ese". Cuando salgo, eso es el arte para mí­ -la vida. Cuando estoy trabajando en el estudio, no es otra cosa que la vida. No soy más que yo haciendo aquello que es mí­o- hasta que está terminado.

Algo que realmente me interesa son los objetos efí­meros antes de que se transformen en arte: objetos que están al alcance de la mano, hechos que suceden. La cultura, el idioma..., aquello con lo que te encuentras y que de manera natural pronto se transforma en arte. Gabriel Orozco es capaz de ahondar en ello. Es probable que trates de preservar algunas de las antiguas cualidades, pero siempre reconozco la pérdida.

LatinArt:  ¿Una pérdida en la traducción?

Mark Bradford:  Nunca se traduce a aquello que era, jamás. En cierto modo, soy un antropólogo disconforme. Es como si visitaras unas ruinas y los niños hubieran estado jugando allí­ durante los últimos 3.000 años. Te aproximas en el papel de antropólogo y las desentierras. Extraes muestras de esa población y en cierto modo las incorporas a tu vida y las pones en un museo. Supongo que es correcto, de esta manera más personas pueden verlas. Pero formaban parte de ese contexto local. Por ello siempre tengo una sensación extraña tan pronto como desmantelo una obra. En tal sentido, la parte más interesante de una obra realizada expresamente para un ámbito es el trabajo con los constructores. Ellos se rí­en más y más de ti y dicen "Oh, estás loco, ¿por qué quieres hacer eso?, estás loco". Esa es la parte divertida, el hecho de golpear a la puerta y decir "Estoy tratando de hacer una cosita. ¿me pueden ayudar?". Esa parte es interesante.

Todo comienza con el deseo-, eso es lo que me gusta. Comienza con el deseo y no termina allí­, absolutamente no. Es algo que se sitúa entre el deseo y el producto. Eso lo es todo: la relación entre deseo y producto. La polí­tica no deja de estar presente, pero es sólo un elemento como todo lo demás. Un hombre y una mujer o un hombre y un hombre se unen, la polí­tica es algo secundario.

LatinArt:  ¿Incluso la traducción pérdida es placentera?

Mark Bradford:  En ese sentido la parte interesante consiste en que pierdo una traducción y se traduce en algo que me sigue pareciendo placentero. Siempre soy consciente de que se trata de arte. Vuelve a traducirse y entonces pienso cuán divertido puedo tornarlo en el dominio del arte. Luego comienza a traducirse en otras conversaciones y esas conversaciones comienzan a transformarse en intercambios acerca de teorí­a del arte, objetos con los que te puedes conectar en la totalidad de ese sistema y eso puede ser divertido. Existe una pérdida en la traducción, pero hay otros elementos que efectivamente también le otorgan interés. Tengo la expectativa de que en la pérdida de la traducción y en el momento en que recurro a la teorí­a, habrá personas que escriban sobre ella. En este momento me gusta la escritura de Michel Laguerre. Ha escrito un libro titulado "The Informal City" (La ciudad informal) que me gusta mucho.

LatinArt:  Hablando de informalidad, me interesa su interés en las "economí­as informales"-

Mark Bradford:  Sí­, por supuesto, se debe a que provengo de allí­. Mi familia ha sido siempre parte del mercado durante las décadas de 1970 y 1980, mi padre tení­a un camión, mi abuelo tení­a un camión. Estábamos todo el dí­a de recorrida vendiendo cenas preparadas, jabón, toda clase de cosas. El fenómeno que se percibe en la actualidad en Los Angeles con los negocios informales de los latinos es algo que solí­amos hacer nosotros. Habí­a una historia de personas negras y negocios negros que existí­a fuera de la actividad comercial formal en esta ciudad-, una especie de economí­as periféricas. Aquello que denomino cultura mercantil. Desde el comienzo, esta experiencia realmente hizo de mí­ la persona que soy.

Aquello que me gusta acerca de la periferia es que la periferia está siempre activa. Recuerdo que mi madre me decí­a: "Hijito, será mejor que encuentres una razón para estar aquí­". Y yo le preguntaba: "¿Que significa eso, mamá?". Ella me respondí­a, "Nadie te va regalar nada. Encuentra una razón para estar en el mundo, debes encontrar algo que hacer... Será mejor que te pongas en movimiento". Yo pensaba, mierda, mejor que me ponga en movimiento..., que empiece a juntar botellas o que haga algo. Es mejor estar alerta o no comerás. ¡Es mejor que trabajes! ¡Todo el mundo viví­a de la calle! Provení­a de esta especie de periferia dinámica porque era necesario hacer algo. Así­ es el lugar de donde provengo y todo eso se encuentra profundamente arraigado en mí­. Imagina que chocara contra una pared con esto (en referencia a su producción artí­stica), sólo hubiera doblado otra esquina. Lo habrí­a hecho durante un tiempo y si no hubiera pasado nada, habrí­a seguido mi camino. Debo seguir en movimiento. De hecho, pensaba regresar a la universidad y dedicarme al cine. Estuve por abandonar todo antes de hablar con Daniel Martinez. Hubiera egresado de CalArts y creado la red de contactos como se suponí­a que hiciera, pero ni siquiera sabí­a que debí­a crear la red, simplemente cumplí­a con mi propósito. Entonces se cerró la puerta y veí­a a quienes realizaban muestras. Daniel realmente me ayudó en el comienzo y luego sucedió que lentamente comenzó a haber mucha actividad y me mantuvo ocupado. La importancia decisiva de la actividad estaba allí­. No iba a reunirme con artistas y limitarme a conversar-, no, no, no. No trabajo de esa manera. Estaba preparado para crear algo. Así­ sucede en el lugar de donde provengo, donde hay personas que crean algo y lo hacen a gran velocidad. Para mí­ se trata de la importancia decisiva de la actividad, de aquello que amo en ciertos lugares de la ciudad y de aquello que informa mi obra.

En todo caso, debo tener proyectos en marcha, hablar con personas, realizar intercambios-, claro, sí­ hablaré contigo!..la red. Me gusta organizar la red, ver cuáles son las cosas que funcionan, saber que algo está sucediendo. No me gusta lo estático.

LatinArt:  Ahora que su carrera se encuentra en ascenso, ¿cómo se siente acerca de su relación con el trabajo? Tal vez ya lo ha respondido.

Mark Bradford:  No me preocupa en absoluto, Mira, si me preocupara mi carrera, con seguridad jamás hubiera decidido hacer pinturas con tisú para la mayor exposición que he tenido en Los Angeles y que se realizó en REDCAT. No se me hubiera ocurrido hacer esa clase de obra ni en broma. De ninguna manera. Y luego cambio de rumbo y durante los dos años siguientes me dedico a las instalaciones (en referencia a inSite_05). Quiero decir, ¡nadie hace eso! ¿Oí­ste hablar de la exposición en el Whitney? Me caí­ sentado. ¡Uy! Tuvo crí­ticas desfavorables y el público decí­a "Oh no, Mark" y yo replicaba "¿Y qué?". ¿Qué tiene eso que ver con nada? Creo que lo importante es la experiencia y me encantó el curador y los resultados fueron impresionantes. ¡O, al menos, eso pensé! Yo hací­a mi parte. Así­ es el sistema: no tiene nada que ver conmigo-, nada. Sabes, cambiaré mi arte como si acabara de egresar de la escuela - no tengo responsabilidades. Tomo decisiones sobre la base del deseo y sigo mi intuición.

LatinArt:  ¿Forma parte de su naturaleza antropológica?

Mark Bradford:  Estudio todo. Estoy llevando a cabo un proyecto en Home Depot (tienda de materiales para la construcción)- que consiste en lo siguiente. En la actualidad se ven ancianos negros con asistentes latinos jóvenes porque por lo general los hombres negros no han logrado delegar su trabajo en la generación siguiente o los hijos no han querido asumirlo porque tienen un alto nivel de educación, porque es una tarea demasiado ardua o por el motivo que sea.

Me interesan tanto el aspecto formal como la informalidad en esta estructura donde el cuerpo mismo del latino se transforma en sede del trabajo. Algo que hice fue tomar el uniforme de Home Depot y entregárselo a uno de los trabajadores que se encuentra fuera de la tienda a la espera de ocupar un puesto de trabajo y lo invito a atender a los clientes durante tanto tiempo como sea posible. Los observo ocupar este espacio real respaldados básicamente por sus conocimientos -y saben mucho. Es interesante la rapidez con que logran incorporarse a la situación real-, pueden ocupar ese espacio así­ (chasquea los dedos). Nadie espera nada que no sea auténtico en Home Depot.

Hay algunos aspectos que necesito resolver debido a que estos hombres se encuentran en situación ilegal y no queremos que la policí­a venga a arrestarlos, pero es un proyecto interesante. Ya he perdido la cuenta de las veces que fui a Home Depot y un anciano negro me toca el hombro y me pregunta "¿Cómo está tu madre?- y yo sólo atino a decir "¿Qué?" (Mark pronuncia la palabra como si cuestionara el sur-realismo de la situación). Mi madre y yo solí­amos construir toda clase de cosas y por ese motivo todo el mundo la conocí­a. Para mí­ esta obra es como una transferencia, como una tradición.

LatinArt:  Es interesante.

Mark Bradford:  Sí­, lo he hecho varias veces. La obra se titula "Los Moscos", término acuñado por Laguerre para referirse a los jornaleros. Si bien ya tengo la experiencia, se trata de algo especí­fico para ese entorno, con numerosas cuestiones técnicas para resolver, como aquello que estoy planeando para inSite_05, pero de eso hablaremos en otra ocasión.




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