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José Bedia

Retrato del artista by José       Bedia






transcripción de la entrevista

Fecha de la entrevista: 07/10/2001
Lugar: E.U.A.
Tema: Entrevista con José Bedia en Los Angeles, CA.
Entrevistador: Bill Kelley Jr.

LatinArt:  ¿Podrí­a hablar un poco sobre su interés con las culturas indí­genas de las Américas, en particular la simbiosis de formas y estados de ser?

José Bedia:  Si, bueno mi interés es básicamente eso, sobre las culturas de Norte América, de Cuba y de México, donde yo he pasado bastante tiempo. A mi me interesa el mundo paralelo de uno, que está aquí­ al paso de la mano, pero que no es tangible...y cruzas de un lado al otro. Trato de sacar esas relaciones entre hombres, animales, hombres, y el mundo, hombre y animal. El venado, se ve bastante. El hombre/venado es una especie de espí­ritu. A mi me interesa esa simbiosis; el elemento humano y el elemento animal. En la sociedad occidental se rechaza cualquier tipo de animalidad pero a mi me interesa. El venado se relacionado con Ochosis que es un dios afro-cubano. Se encuentra en la religión de Yoruba y la religión Konga. Ochosis es el dios de la cacerí­a y se ve allí­ a menudo. Se sincrétiza en la religión Católica tambien.

LatinArt:  ¿Puede hablar un poco de su técnica? Dicen que le gusta trabajar de dibujos.

José Bedia:  Si, con dibujitos peque os y sencillos...todo comienza con elementos autobiográficos, experiencias que yo he tenido o he oí­do, y eso convierto en metáfora visual. Yo tengo una libreta y muchos cuadernos, y voy recogiendo lo que me interesa y los aumento. Cuando voy a hacer un cuadro ya sé lo que va a pasar.

LatinArt:  Me interesa en particular como usa el lienzo en diferentes tamaños y formas.

José Bedia:  Esa técnica comenzó porque no me satisfací­a lo que era el formato convencional de la pintura occidental, que es el cuadrado. Yo ví­ que muchos elementos de las culturas primitivas representaban, no sobre una superficie plana, sino sobre un cí­rculo como cerámica. Por ejemplo, podrí­a ser un disco como un escudo. A pensar que esta gente tení­a un punto de vista del mundo que no era lineal, ni con punto de fuga ni con perspectiva, entonces obviamente no tení­an necesidad del cuadro. Lo que si me interesa es romper con esas convenciones de representación, incluso con la idea de la perspectiva renacentista. Al fin la pintura es plana y la puedes usar como quieras. Concebí­ la pintura como algo que podrí­as girarla de otra manera y que sea utilizable en otro plano. Ese cuadro podrí­a ser a lo mejor una capa, podrí­a ser un "teepee".

Pero la técnica como esta es muy simple y no tengo interés en usar muchos materiales ni mucho color tampoco. Esas cosas muchas veces tienden a distraer. A mí­ lo que me interesa es el contenido y hacerle más simple la representación para que el contenido sea palpable.

LatinArt:  Le influenció también los "cartoons" o caricaturas americanas.

José Bedia:  Sí­, los americanos y los cartoons cubanos también. Desde joven me interesó la historieta, el formato de contar una historia, de desenvolverle cuadrito por cuadrito. Así­ que cuando yo comencé la escuela de arte yo querí­a hacer era historieta...hacer "comic strips." Entonces me metí­ en un estado de confusión en la escuela de arte porque ellos me decí­an, "¡No, no, eso no es arte! Tú lo que tienes que hacer es ésto." Y en ese entonces te poní­an a copiar frutas y naturaleza muerta y todo eso. Al fin traté de mantener ese gusto casi infantil para ese tipo de representación. Y me dí­ cuenta que habí­a ciertos elementos sencillos de las representación en la historieta que también tení­a que ver con el mundo primitivo, el mundo primario del mundo primitivo. Uní­ las dos cosas. Mantení­a lo que yo querí­a cuando era estudiante y lo reuní­ con lo que aprendí­ después.

LatinArt:  Estudió en la Academia de San Alejandro y luego en el Instituto Superior de Arte en La Habana. Que influencia tuvo sus estudios en relación con lo que esta interesado ahora?

José Bedia:  En el Instituto habí­a algo nuevo que era la influencia del Realismo Socialista Soviético que era muy fuerte en ese tiempo en Cuba, y yo tuve profesores soviéticos, luego su abrió mucho más. Yo era muy bueno en el estudio académico del arte. La cosa es que a mi eso no me interesaba. Es como si tuviera dos vidas paralelas como estudiante. Por un lado yo hací­a el trabajo que me pedí­an para mantener la calificación y por otro lado yo buscaba mi propio mundo de cosas vinculadas en culturas tribales, en el arte de la gente espontánea, gente que no tuvieron ningún tipo de instrucción. De hecho, trato de buscar gente que jamás habí­a pintado y ni ha tenido instrucción artí­stica previa.

LatinArt:  ¿Cree que ese ambiente académico con sus reglas y estructura le ayudo a moverse hacia un lenguaje artí­stico diferente?

José Bedia:  A mí­ me paso eso. La enseñ anza académica era muy tradicional y le fuerza uno a escoger.

LatinArt:  Ha tenido bastante experiencia personal con diferentes grupos indí­genas y enseñanzas religiosas - siendo iniciado el la religión Palo Monte en Cuba. ¿Nos puede hablar un poco más de eso?

José Bedia:  La cosa es que yo cuando voy a ese tipo de práctica es que yo no estoy pensando conscientemente, pragmáticamente "Ok voy a ver esto y de esto voy a sacar este otro." Yo voy mas abierto y después esas cosas se procesan en mi y salen en un producto artí­stico. Cuando yo voy yo no sé que es lo que voy a buscar ni como voy a ser influenciado. Me dejo llevar por la experiencia. Es un acercamiento, casi un tipo antropológico, cuando voy a estudiar un grupo primitivo, pero no voy con la metodologí­a de un antropólogo que es muy frí­a. "Bien, vamos a hacer un estudio del censo poblacional y cómo es la relación interfamiliar..." Yo sé de todo eso. Y he estudiado antropologí­a. Mi experiencia es más sensible. Yo me dejo aceptar por esa gente, y sigo hasta donde me acepten, e intento participar hasta donde me sea posible. Yo no sé de qué me va a servir todo eso hasta después. Y me toma mucho tiempo el elaborar una idea. Yo hice una exposición en La Habana el año ’89 que era referente a Angola, pues estuve ahí­ en 1985 durante mi servicio militar. Me tomó todo ese tiempo para hacer esa obra.

LatinArt:  Su obra me parece más participante que observador. Obviamente hay comparaciones con el arte de Wilfredo Lam. ¿Qué le parece esta comparación?

José Bedia:  Mucha gente le gusta ver eso, y a mi no me molesta. El problema es que no debe haber conexiones estrictas con lo que hizo él y lo que hago yo. Las referencias visuales y las comparaciones tienen que ver con las comunidades de interés que tenemos en común. El y yo buscamos un vehí­culo con el arte tribal, y de la influencia que se puede recibir de ese tipo de producción, sea formal o sea conceptualmente. Eso, yo dirí­a, es el único punto en común entre los dos.

LatinArt:  Han hablado de su obra en el contexto de un diálogo de la experiencia del exilio. ¿Podrí­a hablar un poco más de ésto?

José Bedia:  Ese tema es parte de mi experiencia, quiero decir que no es algo que yo he buscado. Cuando uno se encuentra viviendo en un paí­s que no es de uno, y que no tiene posibilidades de regreso al paí­s de donde uno se fue, por lo menos un regreso inmediato, entonces te pones a reflexionar. Me convertí­ en una especie de nómada, mudándome de un lado para el otro con mi cultura y donde quiera que llegaba me plantaba con mis cositas. Y es así­. Te conviertes en un nómada cultural.

LatinArt:  Usted era profesor en Cuba y aunque estás aquí­ en los Estados Unidos, he oí­do decir que te has convertido "más cubano que los cubanos." ¿Cómo ves el movimiento allá con respeto al interés intenso que se tiene aquí­ por el arte cubano?

José Bedia:  Al nivel del arte sí­ se que hay artistas jóvenes que están siguiendo el camino dejado por la generación mí­a. De alguna manera tomando ventaja de las ideas de mi generación que era una generación de ruptura. Se cambiarion muchas cosas que no se permití­an y que ni si quiera se pensaban. Ahora esta más alivianado el terreno. La cosa es que yo siento lo que se ha perdido, viendo de afuera lo que se está haciendo. El arte nuevo parece ser un arte de exportación que no se consume dentro del paí­s. En los años 80, por lo menos nosotros pensábamos mostrar nuestro arte a un público cubano. En Cuba nadie compra arte, pero se producí­a de una manera utópica arte para el público, para todas las personas. No se vendí­a ni un dibujito, pero tu sabí­as que habí­a un coro de gente que veí­an tu trabajo, y lo seguí­an, lo acudí­an. Ahora, me parece que esos artistas ahí­ están más interesados en exponer ese arte fuera y que sea adquirido por otra gente. Es un fenómeno comercial y así­ no funciona la cultura sanamente.




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