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SEFT-1








transcripción de la entrevista

Fecha de la entrevista: 15/02/2012
Lugar: Mexico
Tema: Entrevista a Ivan Puig y Andrés Padilla Domene de la SEFT-1
Entrevistador: Pablo Domínguez Galbraith

LatinArt:  

SEFT-1: ANFIBIO TECNOLÓGICO Y MÁQUINA–ENSAMBLE

La SEFT-1 es una Sonda Exploratoria Ferroviaria Tripulada, un vehículo automotriz capaz de transitar por las autopistas tanto como por las vías del tren, mediante un sistema High-Rail que le permite engancharse en los rieles y desplazarse sobre ellos. Combina la función de vehículo de exploración de vías abandonadas con una poética intersectada por la imagen de la nave espacial, la máquina del tiempo, el OVNI, los automóviles de facturación soviética, las sondas lunares, y en general, el hibridismo de las tecnologías fantásticas y el shock escenográfico del extrañamiento. La irrupción de este anfibio tecnológico en el paisaje urbano moderno busca abrir las posibilidades de imaginación sobre los usos y los alcances de los medios de transporte, diferenciándose del catálogo convencional de la idea de vehículo.

La SEFT-1 opera a múltiples niveles y su núcleo catalizador es la investigación sobre la realidad de los ferrocarriles en México. Articula un discurso desmitificador y crítico de una idea de progreso que permea la construcción del imaginario histórico. Como dispositivo de desplazamientos y convergencias espacio-temporales, busca activar una memoria histórica y rescatar su vivencia en el presente, a partir de los testimonios y los encuentros con la diversidad de personas y situaciones con las que entra en contacto. Ese contacto permite reconocer el estado afectivo de aquellos que convivieron con el ferrocarril, así como señalar las contradicciones del proceso de privatización y abandono que llevó al fracaso el proyecto de tren de pasajeros en México.

El proyecto desborda el ámbito del museo y la exhibición, participando en circuitos artísticos tanto como en el ámbito local de las comunidades que visita, y en el intercambio de información y conocimiento con las instituciones encargadas de preservar el patrimonio ferroviario. Habiendo comenzado su tránsito público en noviembre de 2010 (una fecha emblemática que marca el centenario de la Revolución mexicana y el bicentenario de la Independencia de México), cuando fue ‘lanzada’ desde la entrada del Museo Nacional de Arte de la ciudad de México (MUNAL), la SEFT-1 ha ‘despegado’ doce veces por diferentes rutas ferroviarias abandonadas por la República mexicana, así como por cuatro caminos ferroviarios en Ecuador. Una gran cantidad de datos e información sobre sus desplazamientos han sido registrados en su sitio web [www.seft1.net]. Las fotografías y documentación que el proyecto ha recabado se han expuesto en varios museos en diferentes países. A finales de 2011, han publicado un libro con el apoyo de múltiples instituciones, SEFT-1 Primera Edición.

Wolfgang Schivelbusch, en su libro seminal A railway Journey, definió al ferrocarril como una ‘máquina-ensamble’: un instrumento de la industrialización que emerge del cambio de perspectiva sobre el espacio y el tiempo, y de la confluencia de tecnologías, modos de pensar, hábitos culturales e intereses yuxtapuestos. La SEFT-1 de Iván Puig y Andrés Padilla se define como un ‘anfibio tecnológico’: un vehículo que se desplaza sobre las vías del sueño de la modernidad, trazando la ruta hacia esa imagen dialéctica que emerge en el futuro anterior del ferrocarril.

LatinArt: ¿De dónde parte el diseño de este vehículo? ¿Existen algunos referentes anteriores en los que esté basado? Pienso en el Dimaxion de Buckminster Fuller de 1933, el Citröen DS de Gabriel Orozco de 1993, los A-Z Wagon Stations de Andrea Zittel en el 2000, o en otros ejemplos de la ciencia ficción.

SEFT-1:  En realidad no hubo ninguna referencia específica o estudiada. Era una colección de cosas, detalles de diseño, propuestas más intuitivas, como por ejemplo, hacer los asientos color naranja, como muchas naves espaciales. Cuando diseñamos la SEFT no se pensó, por ejemplo, en el deLorean de Back to the Future, pero la gente lo identificó con él, era una referencia común. Ahí es donde empezamos a cuestionarnos sobre el origen de los imaginarios colectivos. La labor de Hollywood ha sido fabricar mentes homogéneas.

Se trataba de que nuestro vehículo fuera lo más alejado a un coche, para que su intervención en los espacios generara la mayor ficción posible. Los primeros diseños eran muchos más fantásticos pero por motivos de costos y de diseño se tuvo un resultado menos extremo. En alguno de los recorridos, un señor nos preguntó si era de fabricación Cubana, nos hizo reír, pero detonó en nosotros preguntas sobre la relación de los objetos fabricados dentro del sistema comunista y la SEFT. ¿Sería quizás lo rústico de la línea, o que se veía claramente hecho a mano? ¿Será que las curvas y la comodidad son paradigmas del diseño capitalista mientras la funcionalidad lo es del comunismo?

LatinArt:  Aunado a este concepto de anfibio/híbrido, ¿qué relaciones establece la SEFT con el transporte automotriz y ferroviario, y con el espacio sociológico e histórico al que se adentra?

SEFT-1:  Muchas vías abandonadas de tren se convirtieron, con el paso del tiempo, en calles y en caminos para carros. La "avenida ferrocarril" es común en muchas poblaciones, o la típica vía asfaltada donde solo se asoman algunas partes de la vía. Cuando llegábamos con la nave la gente pensaba que era un coche-tren, y eso generaba preguntas sobre ambas infraestructuras: las nuevas vías y las que estaban escondidas, debajo. La nave es un carro y no lo es del todo, es un tren y tampoco lo es. Es ambas cosas a la vez y también algo completamente diferente. Es a la vez transporte colectivo e individual, y ninguna de las dos.

Al mismo tiempo la SEFT es una herramienta, un dispositivo que permite viajar atravesando capas temporales: de la ciudad moderna hasta las poblaciones que prácticamente viven del mismo modo en que se hacía hace doscientos años. Evidenciar esas coexistencias cuestiona la idea de "progreso" como un interés de todas las comunidades. En México hay pueblos que se resisten a tener carretera, y nunca tuvieron tren. Cuando atravesamos las capas temporales usamos mapas antiguos, y eso nos permite observar cómo ha cambiado el entendimiento del espacio. Por ejemplo, no siempre el norte estuvo arriba.

El tren fue un asunto de dientes para afuera como forma de transporte público democratizador. Eso siempre fue un efecto secundario derivado de los intereses particulares de explotación de los recursos naturales; pero eso no cambia la añoranza por el tren y su necesidad real. El negocio del tren obedece a esos intereses, que fueron cambiando hacia nuevos negocios, como el automotriz y el carretero. Hoy en día el tren de pasajeros sólo existe en los países en que se subsidia por parte del Estado, en el entendido de que es un derecho público. El proyecto SEFT procura ver estos otros ángulos y abarcar una perspectiva más compleja del asunto.

LatinArt:  El sustantivo compuesto metáfora viene del griego meta -más allá- y foros –cargar-, portar. En latín la palabra metáfora se traduce como trans-porte. ¿Qué metáfora transporta la SEFT en su condición de anfibio tecnológico?

SEFT-1:  Hay muchas metáforas contenidas en el proyecto. Las que están en primer plano son la exploración del espacio y la máquina del tiempo. Podría ser un vehículo normal pero dejaría de operar en esa otra capa metafórica. Es máquina del tiempo porque explora muchas dimensiones, está construida pensando en cómo en el pasado se visualizaba el futuro. Al mismo tiempo recupera, historias del pasado en los testimonios de las personas y los lanza al futuro: llevando de un lado a otro a esas personas que recorrían los caminos ferrocarrileros, ellos vuelven a rememorar los acontecimientos y las vivencias. La SEFT es una inserción de la ficción en un espacio saturado de material y realidad histórica. Genera una pregunta de si lo que estás viendo es real. Al llevar los testimonios de un lugar a otro se convierte en un transbordador de historias y preguntas.

LatinArt:  ¿Podemos hablar quizás de la SEFT como un ‘carro alegórico’?

SEFT-1:  Es una alegoría de la tecnología misma. Si analizas la nave a fondo es muy simple: representa una idea sumamente tecnológica, funciona más como un elemento escenográfico que real. En ese sentido es potente.

LatinArt:  ¿Qué les parece lo más central del potencial crítico y estético del proyecto de la SEFT?

SEFT-1:  Comenzamos haciéndonos preguntas simples sobre la desaparición del tren de pasajeros y el porqué de tantas vías abandonadas, y eso nos condujo a uno de los ejes críticos fundamentales de la investigación, que es el cuestionamiento de la modernidad y la idea de progreso. Nos preguntamos por esa grieta existente donde las cosas no fraguaron, y encontramos una brecha entre lo proyectado: lo prometido y el resultado: la ruina. Son muy complejas las razones de este déficit. En el camino llegamos a varios puntos que revisamos de forma crítica: la privatización, Latinoamérica como zona de abasto, el tren como herramienta de explotación, la obsolescencia tecnológica, etc. Las respuestas a estas interrogantes, si es que las hay, no son simples.

Finalmente, pusimos todo esto en perspectiva y lo analizamos desde el concepto de ‘tiempo profundo’ cotejándolo con la escala temporal de las piedras. Todas estas transversales sumadas a las líneas poéticas le confieren a la SEFT el total de su potencial estético.

LatinArt:  ¿Hay algo de nostalgia romantizada con respecto a la idea del tren?

SEFT-1:  Sí hay mucha nostalgia alrededor del tren. En las entrevistas que hicimos durante nuestros recorridos notamos que se vive el asunto con absoluta nostalgia. Nosotros tratamos de no caer en ella. La parte nostálgica fomentada desde la institución nos parece una pantalla. Pensar en el tren con nostalgia es darlo por muerto. Sin embargo, hay personas para las que el tren fue su vida y uno no puede pedir que no se añore con esa fuerza.

LatinArt:  ¿Consideran a la SEFT un proyecto artístico de sitio específico?

SEFT-1:  El proyecto se activa en cualquier espacio ferroviario por el que transita la nave, por lo que la especificidad del sitio es relativa. Su operación en internet también es importante al igual que en los espacios expositivos.

LatinArt:  ¿Qué tipo de involucramiento tienen con la gente y los pueblos que visitan?

SEFT-1:  La relación con la comunidad por donde pasamos es fundamental para nosotros, el hecho de que fuera una nave espacial, "un vehículo extraño" un "fenómeno de la naturaleza" y tantas otras apreciaciones, hace que entremos en intimidad muy fácilmente. Ahí, desde cerquita, en las casas, compartiendo comida y techo, recorridos, historias y anécdotas es donde ha sucedido la cercanía que siempre buscamos. Queríamos involucrarnos como transbordador de historias y de preguntas y así fue.

Hay una intención didáctica en la SEFT, la voluntad de compartir los resultados y generar discusión. Fuimos a escuelas a hablar a los niños sobre el tren, algo que ellos no conocían.

LatinArt:  ¿Hay un gesto implícito de crítica a la institución cultural del arte y al espacio del museo en su obra?

SEFT-1:  No es la intención de la SEFT hacer una crítica a la institución cultural del arte. Trabajamos financiados con recursos del Estado entre otros muchos y nos parece importante emplearlos críticamente. La SEFT ya sucedió y sigue sucediendo en la gente que la ha conocido, en los grupos universitarios con quienes se han organizado actividades, en quien la vio pasar, en mi hermano y en mí. El proyecto no se trata de su emplazamiento en el mercado o el museo, sino del recorrido que hace y las interacciones que genera.

LatinArt:  En el 2012 viajaron a Ecuador para realizar un proyecto en las vías ferroviarias de ese país. ¿Cuál fue su experiencia?

SEFT-1:  Fuimos a Ecuador porque Juan Carlos León, curador del Centro de Arte Contemporáneo de Quito, nos invitó. Para nosotros era muy importante saber si lo que pasó en México era una fórmula repetida en otros países de Latinoamérica, y entonces poder establecer una hipótesis más general sobre la condición del ferrocarril. Queríamos saber si había una tendencia mundial en cuanto a la desaparición de los ferrocarriles, y si había una agenda detrás de ese fenómeno.

Exploramos durante un mes las vías abandonadas de Ecuador y cubrimos cuatro tramos importantes. La experiencia cultural fue enorme, adentrarse en esas tierras y encontrarnos con las personas de esos lugares fue una vivencia muy fuerte. En Ecuador el tren nunca se privatizo. Estuvo largos años en el abandono, hasta convertirse en un organismo parasitario del gobierno, que ahora intenta recuperarlo. Las condiciones geográficas y de la industria hicieron que no resultara de interés para la inversión privada. El gobierno de Ecuador está convirtiendo el ferrocarril en una atracción turística: lo están haciendo con todo el trans-andino (Quito-Guayaquil), además de otros tramos cortos, argumentando desarrollo comunitario y fortalecimiento económico para las regiones. Por un lado, revivir el ferrocarril es un gesto político, que en el ánimo general es muy positivo y alentador. Por otro lado, subirse a ese tren es demasiado caro.

Nos surgieron muchas preguntas en cuanto a lo acertado de este programa. Nos desilusionó, por ejemplo, encontrar en la estación a un grupo de indígenas haciendo un baile para los turistas que llegaban, folclorizando la cultura. Encontramos una paradoja: para el turismo extranjero, que tiene los recursos para subirse a este tren, no resulta tan fascinante porque ellos siguen viviendo el tren como algo cotidiano, mientras que para el turismo local o nacional sí resulta atractivo, pero los costos del servicio lo vuelven prohibitivo. Finalmente esta iniciativa no lo rescata como medio de transporte colectivo, que buena falta hace en este país, y esa es quizá la mayor pena. Desde luego estas son reflexiones de nuestro rápido paso por ahí, haría falta un estudio más a profundidad.

LatinArt:  ¿Cuál es el momento actual y el futuro próximo de la SEFT?

SEFT-1:  Tenemos en este año el proyecto de llevar la nave a Inglaterra, con The Arts Catalyst. Nos surgió la pregunta de si era pertinente ir, y creemos que la SEFT debe de estar ahí. Nos invitaron a recorrer la vía de Manchester a Liverpool, la primera vía de pasajeros en la historia. Nos pareció muy simbólico hacerlo como un cierre de ciclo. Regresar al ojo de agua, a la mata, a donde surgió el tren. Queremos que el resultado de la investigación allá sea una película y no una exposición. Vamos a ver qué encontramos estando ahí.




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