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Colectivo Mini-mal








transcripción de la entrevista

Fecha de la entrevista: 27/10/2011
Lugar: Ecuador
Tema: Entrevista a Mini-mal
Entrevistador: Sonja Janousek

LatinArt:  Esta entrevista fue motivada por el deseo de conocer a profundidad sobre un proyecto económico (mini-mal es una empresa) que busca fortalecer la identidad socio-cultural y ambiental colombiana utilizando el arte como una estrategia. Se considera que los más de 10 años de experiencia de mini-mal, sirven no solo como buen ejemplo sino de aprendizaje para individuos y organizaciones buscando contribuir al desarrollo sostenible del planeta.
¿Qué es mini-mal

Colectivo Mini-mal:  Eduardo: Pues, físicamente, hoy es el restaurante, dos tiendas de diseño, una galería de arte y un sitio de postres.
Manuel: Y un servicio de catering y banquetes. mini-mal significa crear haciendo el menos mal posible. Parte del reconocimiento que los seres humanos hacemos daño. Esto es importante porque a veces se trata los temas ambientales y ecológicos en un ambiente de pureza, que genera posiciones a veces extremas y conflictivas. Por ejemplo, en las historias de los parques naturales se puede ver eso. La conservación buscaba aislar la naturaleza del hombre, pero en Colombia y muchos lugares de Latinoamérica, lo que hace sostenible muchas veces los lugares, es que hay una comunidad indígena o afro, que de alguna manera genera una resistencia a proyectos de industrialización. Ellos mismos conservan (la naturaleza) y viven de esa ecosistema. Muchas de las políticas ambientales buscan salvar a las comunidades indígenas y a los campesinos y dejar a la naturaleza allí quietica… y eso va generando unos conflictos sociales de total irrespeto a mucha gente que ha estado en estos lugares muchos años. Nos parece reaccionaria esa política… nosotros somos los buenos y ellos son los malos. Reconocemos que hacemos daño pero creemos que hay una manera de reducir ese impacto negativo. Hay una relación que podemos establecer con la naturaleza a través del diseño. Por eso, para nosotros, el diseño es la forma del pensamiento, porque no es la racionalidad económica sino la sensibilidad la que te dice vamos a hacer una silla bonita, y combina el diseño con la cosa espiritual o estética. Entonces, mini-mal significa crear haciendo el menos mal posible, aprovechando lo mejor de los recursos, (lo que significa) trabajar con lo que tenemos, reconociendo que vamos a establecer una relación de supervivencia o de…, habría que inventar otra palabra, ya no sería consumo sino aprovechamiento de recursos pero con respeto hacia la conservación.

LatinArt:  ¿Cómo se inició mini-mal?

Colectivo Mini-mal:  Eduardo: Nosotros hicimos mini-mal porque trabajamos con campesinos y encontramos que el cambio cultural realmente tiene un lugar en la ciudad porque todos estos términos despectivos como pobre y campecho, son de los centros económicos. Y en la comida se juegan muchas validaciones y desvalorizaciones culturales. Es una oportunidad de reafirmación o puede ser el vehículo para que una cultura se empobrezca. En un sitio con una tradición gastronómica tan increíble resulta que, lo que han aprendido, lo que saben de su eco-sistema y lo que se ha transmitido de generación a generación, no es motivo de orgullo. Yo creo que de allí atrás viene un poco la idea original para el proyecto. El proyecto no es solo nosotros. Realmente hay un colectivo alrededor del proyecto y alrededor del proyecto es una historia más antigua de la Fundación Equilibrio.
Manuel: Digamos que todo ha sido una suerte… que Eduardo estudiaba agronomía y que yo fuera artista, son unas casualidades, pero es muy significativo porque tiene mucho que ver con la estrategia que usamos. Como existe una distorsión cultural, tú no estás pendiente de tu realidad sensible y directa, sino que estás atento a una imagen ideal, que es digamos Nueva York. La manera de romper eso es a través del arte en la medida que el arte no es una estrategia conceptual como la política. (La política) te promete la libertad o te promete la riqueza, pero no es un hecho directo. El arte es una estrategia que es directa. Cuando tú te comes una fruta, es una experiencia directa. Puede haber interpretaciones, pero a través de la experiencia se puede romper significados.

LatinArt:  ¿Cuál es el objetivo de mini-mal?

Colectivo Mini-mal:  Eduardo: Yo creo que hay una cosa central que nos reúne a todos que es proponer una referencia de identidad propia, desde el diseño, desde la comida. Hay una preocupación que las referencias no las construimos nosotros sino que estaban en otras partes. En el diseño es muy extraño que los medios autorizados premien en general al diseñador que logra a hacer algo que se parece a un artista (por ejemplo) italiano.
Manuel: De hecho, cuando abrimos la tienda en Bogotá, casi éramos la única tienda que recibía diseñadores colombianos que buscaban un diseño propio. Nosotros sí creemos que se puede generar una cultura. Por eso en mini-mal el objetivo es generar un referente. Porque, sí es posible hacer cocina y diseño colombiano de alto nivel que propone nuevas ideas e investiga tradiciones locales. No queremos estandarizar la comida colombiana, nos interesa ir más allá de los estándares y desarrollar algo creativo. En este sentido nos podemos convertir en un referente de acá. Lo importante es que no es una repetición. Tenemos referencias de Europa, Asia, eso sí, no nos cerramos, pero la decisión final de la receta es nuestra y corresponde a realidades económicas de nuestro entorno.

LatinArt:  Háblame un poco de los resultados de mini-mal, resultados previstos y no previstos.

Colectivo Mini-mal:  Eduardo: De la intención inicial, lo satisfactorio es que mini-mal logró a ser un referente de identidad contemporáneo Colombiano, por lo menos en un ambiente local. Creo que nosotros ayudamos a generar un cierto movimiento, por ejemplo, antes, en las publicaciones sobre la cocina, nunca se habló de la cocina colombiana. También hemos podido validar la idea de que el desarrollo sostenible sí es una oportunidad. Que sí se puede generar negocios, que sí se pueden generar proyectos. Yo siento que (mini-mal) ha sido una cosa que ha validado muchos otros ejercicios. Manuel en el caso de la tienda de diseño, creo que ha impulsado a mucha otra gente. Por ejemplo mucha gente que al principio eran proveedores de la tienda, ahora tienen su propia tienda.
Manuel: Para nosotros es muy satisfactorio saber que el proyecto no ha tenido que hacer muchas concesiones porque siempre hay una presión para hacer concesiones. Digamos que, al principio todo era intuición y poco a poco se fue fortaleciendo la parte conceptual y se volvió en otro producto, como también la parte pedagógica y de comunicación que hacemos, la gente quiere la experiencia. Hay muchas cosas que yo no hubiera imaginado hace 10 años, y esto significa que el proyecto fue creativo.


LatinArt:  Podrían comentar sobre el trabajo que desarrollaron en la residencia Franja Arte-Comunidad en la comunidad costera de Engabao en Ecuador, durante octubre del 2011.

Colectivo Mini-mal:  Eduardo: En el plano micropolítico la acción de mini mal se propuso explorar nuevos referentes de identidad desde la valoración de lo propio, específicamente la comida local, la que se vende y consume en el mercado local y la visibilización de la riqueza local sobre todo la que produce el mar y recogen los pescadores. Conseguir este objetivo se reafirmo al ver que la noción que se ha vendido a la población local sobre la prestación de servicios a los turistas ha tendido a normalizar un estándar de la forma y tipo de servicio de atención que se debe prestar, circunstancia que comprobamos de varias maneras por ejemplo: se ha pretendido que las posadas que prestan el servicio de alojamiento en Puerto Engabao sean todas iguales en su apariencia arquitectónica y de dotación. La apariencia arquitectónica tiende tácitamente a desvirtuar la vivienda tradicional de caña. La oferta de servicios por ejemplo la alimentación, tiende a simplificarse a filete de pescado fritos, con verde frito y arroz , situación muy paradójica en una población de gran riqueza de productos de mar y con una rica tradición de sabor en una cocina mestiza de gran calidad.
En términos generales buscamos que la intervención de mini-mal ayude a visibilizar y valorar las tradiciones e idiosincrasias locales como atractivo para que los visitantes sigan viniendo a Engabao además de disfrutar de la belleza natural a enriquecerse en el contacto con una cultura que se siente orgullosa y muestra sus tradiciones con aprecio.
En el plano estético se propuso romper esta normalización en la comida y la arquitectura a través de pequeños gestos que buscan cuestionar esa homogenización a través por ejemplo de pintar figuras de distintos peces en las fachadas de las posadas, o presentar la comida de la calle o tradicional en presentaciones cuidadas que hacen ver los platos que degustan habitualmente los pobladores de una manera novedosa, esto con la intención de propiciar nuevas valoraciones de las de expresiones gastronómicas locales y estéticas que quizás se han dejado de hacer por considerarlas cotidianas o muy normales.
Los talleres de cocina se organizaron a partir de explorar ciertas inquietudes sobre destrezas que la prestadoras y prestadores de servicios de comida quisieran adquirir para mejorar la atención a los visitantes, siempre para encontrar un interés común que permitiera hablar y hacer notar las posibilidades que tienen los recursos alimenticios locales y la tradición gastronómica propia para ofrecer un servicio gastronómico con mucho valor agregado cultural y gustativo. De esta manera se planearon unos talleres creativos con ingredientes locales, sobre manejo de coctelería, manejo de pescados, presentación de platos siempre con la intención de generar confianza en los propios conocimientos y recursos. Estos talleres creativos despertaron una confianza en poder mejorar la oferta gastronómica a partir de lo que se tiene a mano.

LatinArt:  ¿Cómo ha sido tu experiencia de usar arte en un proyecto de desarrollo?

Colectivo Mini-mal:  Manuel: Sí, o sea, estos temas siempre son un poco difíciles porque una cosa es el objetivo artístico y otra es la experiencia artística. Entonces genera confusión. Y también la mirada productiva al respecto de muchos proyectos es tenaz. Se piensa que el problema de una comunidad debe ser resuelto porque aumente su productividad en tal medida…porque produzca más arroz, más cacao o más banano y que ya está (resuelto) el problema. (Sin embargo) el problema es estructurado en cómo nos percibimos a nosotros mismos. Una comunidad que tiene confianza en sí misma, se organiza y resuelve sus problemas sin necesidad que otro le diga que es lo que necesita hacer. El problema es que nuestras visiones han sido muy limitadas. Obviamente faltan oportunidades, pero una comunidad organizada, que puede reconocer sus valores, puede hacer algo frente a eso. Todo esto te lo digo porque el arte tiene que ver justamente con ese proceso de "como yo percibo mi realidad". Entonces el arte es un buen mecanismo para generar conciencia. Por ejemplo, puedo hacer todo para decirte que el jugo de mango es rico, pero mi mejor argumento será que lo pruebes. Y en este espacio es lo estético, lo que tiene que ver con ese contacto directo con los sabores, olores y formas y con el impacto que eso puede lograr. Los procesos educativos por lo general son hechos a partir del concepto y no de la experiencia. Otro ejemplo, queremos conocer el país, entonces, nos cuentan cosas que de pronto no nos imaginábamos, pero no podemos ir a los lugares. Sin embargo traer una fruta, o traer un ingrediente, genera otro nivel de relación, que no es conceptual en términos de pensamiento racional, sino es estético. Es una experiencia que primero, se realiza a través del contacto directo con los sentidos. Entonces, en esos términos, los procesos que nosotros estamos haciendo son importantes, porque de nada sirve decir que la comida colombiana es rica, si no pruebas el plato no sabes si el plato sabe feo. Entonces, el arte, en principio, es una estrategia que va directo a romper prejuicios, a generar experiencias y renovar vínculos afectivos con el entorno. No es solo entretenimiento.

LatinArt:  Cuéntame sobre el cliente y ¿qué es esa interacción que tienes con el cliente?

Colectivo Mini-mal:  Manuel: Van todo tipo de clientes, clase media, clase media alta, estudiantes, profesionales, del sector cultural y político, artistas en general. Hay un público muy amplio que visita nuestro restaurante. Nos interesa que el servicio sea cálido y buscamos que sepan mucho sobre los ingredientes. Hay un nivel de comunicación muy estrecho y buscamos generar conciencia. Si tu pruebas una fruta que te parece rica y luego yo te digo que eso viene de la Amazonía, es más probable que este cliente apoye un proceso de conservación de la Amazonía o por lo menos ya deja de pensar en ésta como un sitio inhóspito, agresivo. Si el plato tiene un sabor sofisticado, empieza a reconocer que hay una cultura que tiene conocimiento que no es solamente primitivo sino tiene unos valores que merecen ser respetados. Ese contacto directo que te da esa experiencia estética y un poco las historias que contamos, va generando un proceso de educación. La gente va al restaurante porque es rico, pero también por una identidad y el propósito cultural que tiene.

LatinArt:  Como extranjera, si entro en su restaurante, ¿qué identidad colombiana voy a encontrar?

Colectivo Mini-mal:  Manuel: Primero, no es la identidad como una forma, el sombrero tal, o el traje tal, porque eso es una identidad formal. (En lugar) es una identidad donde tú ves el aprecio por la biodiversidad en el producto. No vas a encontrar un plato típico. Vas a encontrar que hay muchos ingredientes. Y eso te va a comunicar que este país es un país biodiverso. Luego, vas a encontrar platos de muchas culturas, que se nutren de muchas culturas. Esto va a ser la identidad. Y luego vas a ver que todo está presentado de manera creativa. Entonces todos esos elementos de actitud son los que te generan esa noción de identidad.

LatinArt:  ¿Cuáles factores han facilitado el proyecto? ¿Cuáles han limitado el proyecto?

Colectivo Mini-mal:  Manuel: Pues, la cosa cultural es una limitante, porque si tienes que competir con algo que tiene mejor reconocimiento porque sea Europea, eso lo dificulta. También, se vuelve un poco difícil a veces porque en el ámbito de los restaurantes, muchos ingredientes en los platos pueden llegar a tener precios relativamente altos. Algo que ha facilitado las cosas es que amamos el proyecto, la parte afectiva siempre va a ser muy importante para el éxito del proyecto. (Además) no somos parte de una comunidad aislada, hay otras personas en el mundo que se identifican con el proyecto y lo promueven dentro y fuera del país (por ejemplo la comunidad Slow Food). Pero en términos globales (lo que ha facilitado el proyecto) es nuestra actitud. Aunque, obviamente no somos 100% sostenibles, no somos 100% ambientales, buscamos en lo posible tratar de alcanzar estos propósitos y con el tiempo poco a poco ir llenando los vacíos que tenemos todavía.

LatinArt:  Y, si pudieras empezar de nuevo, ¿qué cambiarías de todo el proceso?

Colectivo Mini-mal:  Manuel: Es que es muy difícil (contestar la pregunta)….la confianza yo pienso. Haber dudado menos. Pero es que no hay manera de saberlo. No sabría que cambiar porque cuando pienso en qué cambiar, pienso que tal vez eso fue necesario.

LatinArt:  Y, si mañana yo quiero empezar un mini-mal aquí en Ecuador: ¿Qué consejos tienen?

Colectivo Mini-mal:  Manuel: La confianza en general…si tienes una idea, uno tiene que hacer lo que quiere hacer. Y no hacer concesiones, pero eso implica conocerse uno mismo, lo que uno realmente quiere. Nosotros nos equivocamos en muchos momentos: yendo a lugares que no eran, trabajando con instituciones en un momento que no era, etc. Pues es un error, pero siempre aprendes. No es un error si aprendes de el.
Eduardo: Nosotros hemos llevado el proyecto durante 10 años y creo que una parte de nuestra motivación es, aunque tiene que ver con riqueza, estamos hablando de otro tipo de riqueza. Nosotros no estamos buscando una cierta eficiencia económica del proyecto. Nunca lo buscamos de esta manera. Cada vez que nosotros proponemos algo que sea rentable, también hay un sentido de bienestar. Esto ha garantizado de alguna manera que el proyecto exista.




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