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León Ferrari: Retrospectiva. Obras 1954-2004


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Caja rosas by Leon        Ferrari


Mujer by Leon        Ferrari





Braile by Leon        Ferrari


Maniquíes by Leon        Ferrari


Inquisició by Leon        Ferrari




Lea la reseña de la exposición

Inquisició by Leon        Ferrari

Centro Cultural Recoleta ,
16/12/2004 - 27/02/2005
Buenos Aires, Argentina

León Ferrari: Retrospectiva. Obras 1954-2004
por Viviana Usubiaga

La escritura del cuerpo y el cuerpo de la escritura
Es quizás en sus series de brailes, maniquíes y heliografías donde se produce la síntesis más intensa de las dos materias principales de su poética: la escritura y el cuerpo. Su crítica a la normativa occidental sobre la sexualidad alcanza su grado más poéticamente depurado en la serie de escrituras en braile sobre desnudos y en los collages donde combina la iconografía católica, ilustraciones eróticas orientales y los cuerpos desnudos de Madonna o la Cicciolina. Ferrari cuenta que "los brailes empezaron con la idea de Borges ciego escribiendo poemas de amor sobre fotografías de Man Ray, como si esas fueran las muchachas que él amaba y a las que les dedicaba esos poemas tan lindos, con la idea de que hay que acariciar a la mujer para leer lo que dice el poeta." Las sutiles estocadas sobre el cuerpo plano de la mujer forman un dibujo ininteligible para quien puede verlas, pero su presencia sugiere los placeres del contacto con el cuerpo. Los grafismos, ahora invisibles, invitan a reflexionar sobre el goce de los sentidos, el erotismo de la imagen que se ve y la sensualidad de las palabras que se ocultan. Varios de los poemas elegidos refuerzan este juego paradójico de presencias y vacíos en la imagen de los cuerpos. Por ejemplo, En qué hondonada (1997) imprime en braile el poema de Borges ‘De ausenciaí (1925) sobre un desnudo de Man Ray (1929): ¿En qué hondonada esconderé mi alma / para que no vea tu ausencia / que como un sol terrible sin ocaso / brilla definitiva y despiadada? Ver la ausencia de un cuerpo. Algo del orden de lo inasible intensifica la sensualidad y desata el erotismo.

Como contrapartida de las exploraciones del plano, algunos poemas toman cuerpo literalmente en la escritura sobre maniquíes de torsos de mujer (Mi mujer con cabellera de llamaradas, 1994). Aquí la linealidad de las palabras acentúan la lectura erotizada por las curvas femeninas. Por otro lado, los maniquíes son soporte de otras críticas político-religiosas como en la llamada Inquisición (1994) donde una piraña acecha en el interior de un cuerpo de piel transparente.

En 1979 inicia una serie de collages con figuritas de Letraset utilizadas en arquitectura. Formas humanas prefabricadas comienzan a poblar sus obras. Primero las reúne en libros llamados Hombres (1984) e Imagens (1989), luego los continúa en grandes dibujos con los cuales realiza copias heliográficas. Cientos de hombres, mujeres, habitaciones, camas, autopistas, plantas cubren especies de planos urbanos. La uniformización de estos seres se exacerba en su reproducción que logra a partir del calcado o de sellos que operan como matrices de esas microsociedades. En la acumulación del dibujo estas pequeñas matrices parecen funcionar como vocablos de un discurso disciplinario. Los conjuntos abigarrados dificultan la visión individualizada de los cuerpos. Con figuras preformateadas produce una escritura de la alienación. En relación con la imposibilidad de representación del horror de la dictadura que se vivía por entonces en Argentina, Ferrari argumentó que "estas obras expresan lo absurdo de la sociedad actual, una suerte de locura cotidiana necesaria para que todo parezca normal."

Justicia poética (5)
Según Ferrari "Occidente asegura que su historia se desarrolla entre dos actos judiciales. Comienza con el pecado original de Eva, cuya pasión por el conocimiento provocó la sentencia divina que asoló a la humanidad desde entonces, y concluirá con el Juicio Final luego del Apocalipsis." En esta encrucijada jurídica, lejos se está de la equidad que supone la idea de justicia. El hombre no ha logrado más que construir sociedades que se sostienen en la distribución desigual. El ejercicio de las prácticas disociativas en y entre los sujetos pone en juego un sistema de diferenciaciones que es condición y resultado de las relaciones de poder.(6) La arbitrariedad de la racionalidad occidental –manifiesta en los discursos de la justicia, de la religión, del Estado, de la ciencia, del arte– que expande la intolerancia y castiga al diferente (en la Tierra y en el Cielo) es el blanco de las críticas irritantes del artista. Sus obras pretenden fisurar las ficciones de verdad endurecidas desde hace siglos. A la justicia divina, al fallo dogmático, al arbitraje normativo Ferrari opone la legislación multiforme de una justicia poética que abre espacios para el discernimiento.

Con la intención de alentar el ejercicio de la reflexión, trabaja en el mismo plano sus propias concepciones y las de los que disienten. Ilumina así, la imparcialidad de las opiniones. En 1991 expuso una pieza titulada La Justicia en la que una gallina defecaba sobre los platillos de una balanza en forma aleatoria. Desplazada de todo eufemismo, la literalidad de la retórica utilizada provocó la inmediata reacción del público. Las expresiones de apoyo o repudio son siempre reutilizadas por el artista. Se convierten en material de obras posteriores o forman parte de puestas en escena que prolongan sus efectos. Las cartas recibidas en ese entonces en defensa de la gallina y su alegato respecto a las mejores condiciones del animal en el museo –respecto a otros cautiverios sufridos por ese y otros animales– sirvieron para acompañar la exhibición de la pieza un año más tarde pero con la gallina embalsamada y bajo el título: Autocensura.



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