Con respecto a la importancia de Downey para los artistas en la muestra, el curador traza las "complicidades anudadas de manera inconsciente en las obras". En la denominada superestructura jurí­dica de la muestra, Mellado enfoca en el disciplinamiento de las estrategias de representación que los artistas develan desde diferentes formatos y medios. Adriana Bustos trabaja sobre la polí­tica de la pose en la fotografí­a de un caballo y su dueño cartonero. Fredi Casco parodia a la Sagrada Familia a través del uso sagaz de la tecnologí­a. Mario Navarro transpone e imprime sobre una tela de alta resistencia la foto de una sala de operaciones, que en Chile formó parte de un proyecto de intercomunicación cibernética, una especie de "Internet socialista" primitiva. Participan en esta zona también Ingrid Wildi y Claudia Cassarino desde la fricción entre historias privadas y discursos públicos.

Me interesa especular, cómo se articula esa "doble mirada" a la que me he referido anteriormente en estos artistas. -¿Cómo traducen visualmente (consciente o inconscientemente) la tensión entre globalización y colonialidad del poder, como parte de la diseminación y continuidad del sistema-mundo moderno/colonial? Sugiero que esta traducción opera de manera similar que en Downey. Sus obras emergen en el umbral donde los conceptos y conocimientos sobre la tecnologí­a, cultura y arte occidental -de la cual son activos participantes- interfieren con la experiencia e historia de diversos lugares, sujetos y temporalidades, que se han visto desplazados, subordinados o marginados por estos mismos conceptos. En otras palabras, donde esta conjunción es problemática, por lo tanto productiva. En esta potente mirada, siempre habrá algo de identificación con la subalternidad. Este sondeo no es opuesto al que plantea Mellado, pero busca cartografiar entre Downey y los artistas, la densidad epistemológica, polí­tica y deseante que deviene en sus miradas y visualidades, desde esa "frontera geográfica y epistemológica", citando a Mignolo.