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Umbrales insulares: Arte contemporáneo del Caribe


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Passage II (The Wounded Sky) by David       Boxer


Para Olvidar (To Forget) by        Kcho


Chiwarageist by David       Boxer


Ajoupa (detail) by Marc        Latamie





Ajoupa (detail) by Marc        Latamie

Peabody Essex Museum,
19/02/2005 - 05/06/2005
Salem, MA, USA

Umbrales insulares
por Madeline Medeiros Ruiz

En otro sector del salón el tríptico Chiwarageist (1995-96) de Boxer hace referencia al interés del artista por su herencia africana, en este caso proveniente de Mali. Considero que este tríptico en particular efectivamente pone de manifiesto la formación académica de Boxer en el área de historia del arte. Los elementos surrealistas son una versión contemporánea de los ideales artísticos de los primeros surrealistas caribeños, entre quienes se cuenta Wilfredo Lam. Chiwarageist de Boxer explora la misma herencia africana a semejanza de Lam, acaso en una versión más agresiva y menos pintoresca de La Jungla.

En el último espacio de exhibición, Para Olvidar (2000) de Kcho flota en medio del piso de la galería y, tal como otras obras de la muestra, sus características permiten evocar una auténtica isla. Esta obra puede interpretarse fácilmente como un mapa de la propia Cuba, especialmente por el pequeño agrupamiento de botellas separadas del malecón, en alusión a la isla cubana de Nueva Gerona. La referencia tiene un carácter a la vez nacionalista y pleno de arrogancia, presente en gran parte de la obra de Kcho.

Madera rescatada de naufragios se ha ensamblado para recrear un muelle ad hoc. El muelle propone un medio tanto de llegada como de partida ósi bien este muelle no conduce a ninguna parte y sólo atraviesa el espacio de la galería: está completamente aislado y deviene inútil. Es notable la ironía del muelle que viaja a Estados Unidos para esta exposición, para promover la reflexión y el debate, mientras el artista permanece en Cuba. Botellas de origen internacional, tales como Heineken y Coca Cola rodean el muelle junto con marcas locales de ron para destacar la afluencia de bienes de consumo a Cuba, pero no de personas.

Las dos obras finales de la muestra, el video L.Q.N.T.M.T.F. (Lo que no te mata te fortalece) (2003) de Kcho e Isla en Tránsito (1994) de Capellán tuvieron escasa mención en el catalogo de la exposición y los textos de referencia no aportaron un análisis profundo de estas dos enigmáticas obras.

En el video de 23 minutos de duración, Kcho y sus amigos arrastran un bote de madera entre rocas y lo colocan en una playa pedregosa. El grupo comienza a preparar un gran guiso en el bote, se enciende fuego por debajo para cocinar los ingredientes que se vierten en forma metódica, y en cámara lenta, dentro del cavernoso interior de la embarcación. Cada vez que agrega ingredientes, brota una salva de aplausos y vítores de una invisible multitud (a semejanza de los vítores que suelen escucharse en eventos deportivos). Cuando se estima que el guiso está listo, Kcho sirve cucharadas del contenido del bote a los presentes. El video finaliza con el artista detenido en la orilla rocosa con la mirada fija en el océano que se extiende frente a sí. Si bien gran parte de la obra de Kcho presenta una monótona repetitividad, perceptible para quienes se encuentran familiarizados con su trabajo, esta pieza en video efectivamente concitó la atención de una de las audiencias más numerosas de la exposición el día en que estuve presente. Lamentablemente, la obra no contó con el beneficio de un texto alusivo más meduloso o un espacio de exhibición confortable.

Un aspecto de la muestra que me resultó notablemente agradable fue el espacio libre entre cada obra. Las obras se encontraban relativamente aisladas unas de otras y ello generaba una sensación de que la obra misma funcionaba como una isla en el mar del espacio blanco de la galería y otorgaba al visitante el espacio y el tiempo para reflexionar acerca de cada una de ellas. Sobre la base de las diferencias entre cada obra y artista con respecto a los demás, considero que esta organización resultó correcta.

Resulta claro que el PEM realizó una apuesta fuerte con esta exposición al expandir su temática habitualóen la que subyace una referencia al nuevo compromiso del museo con el arte contemporáneo. Una de mis inquietudes acerca de la muestra reside en el hecho de que los cuatro artistas seleccionados fueran hombres. Tal como demostró el evento en RISD unos meses antes, existen numerosas artistas mujeres en el Caribe que abordan temas similares en perfecta coincidencia con el espíritu de la muestra. En tanto ejemplifica un nuevo compromiso con el arte contemporáneo, Island Thresholds destacó también la necesidad de una mirada más intensa sobre la producción artística de esta región.



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