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Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina


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Museo Nacional de Arte Reina Sofia,
26/10/2012 - 11/03/2013
Madrid, Spain

Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina


por Francisco Godoy

Yo no pongo la otra mejilla, pongo el culo compañero

Un segundo eje de la exposición se va a articular en torno a las desobediencias sexuales, en los cruces posibles entre cuerpo sexuado y represión política. Desde mi perspectiva, éste será el eje de mayor intensidad y cohesión en la exposición. Se podría decir que se presenta en dos espacios. El primero de ellos como lugar de pliegue con el asunto anterior a partir del acceso desde la mencionada performance de las Yeguas del Apocalipsis. Allí el audio del potente poema cadáveres de Perlongher inunda las tres salas que lo componen, donde el sonido funciona como un trance entre un territorio de violencia, con obras del colectivo de teatro El Periférico de Objetos, Osvaldo Salerno o Alejandro Montoya, y otro territorio de libertad, con registros de acciones de Sergio Zevallos o la Compañía Argentina de Mimo, además de los espacios de donde se presentan los trabajos Mónica Mayer, No-grupo y Polvo de Gallina Negra de México, y las intervenciones de Eduardo Kac ,3Nós3 y otros, en Brasil.

El segundo espacio, pintado de gris como quiebre con la "visibilidad" de las otras secciones, presenta el único "óleo sobre tela" de la muestra, el arte es homosexual de Juan Dávila, además de registros de performances y obras de Carlos Leppe, Miguel Ángel Rojas, Paz Errázuriz, Sergio Zevallos y Liliana Maresca; sin duda uno de los espacios mejor logrados. Éste da acceso al último eje-laberinto barroco de la exposición que presenta un sinnúmero de documentos, videos y audios de escenas punk y underground como espacios que permitían reagrupar subjetividades disidentes, aunque el exceso resulte ser contraproducente para la comprensión de su pertinencia. Tal como ocurriese con otro laberinto en la exposición, creado para presentar a modo de túnel algunas derivas del teatro y la música experimentales en su articulación con el surrealismo y el trotskismo en grupos de Argentina y Brasil bajo el lema ¡demoler las paredes alrededor de las ventanas!

Ya no se puede enumerar

Existen otras zonas intersticiales en el montaje que no responden de forma directa a los mencionados tres ejes. En ellas se presentan trabajos que, a partir de la reproducción, la intervención en medios de comunicación y la performance, van a dar cuenta de las "ausencias". El archivo de fisuras periodísticas de León Ferrari Nosotros no sabíamos, los grabados de Guillermo Deisler, las performances de Clemente Padín o El martirio de San Sebastián, un grabado popular distribuible de Álvaro Barrios, son algunos ejemplos de trabajos que dialogan con "documentos" como Teleanálisis, un noticiero clandestino chileno distribuido en formato VHS, o directamente con el espacio interpretativo de la exposición. Éste fue articulado de forma tal que se mezclan fanzines y revistas con documentos virtuales donde el visitante puede acceder a materiales diversos de los procesos en cuestión, al final de la muestra, donde también aparece la única referencia a Cuba.

La "presencia paraguaya", además de Salerno, fue concentrada en una serie de máscaras del ritual Arete Guasú recuperadas y activadas por Ticio Escobar en los 80s, presentes en dos formatos. Por un lado, una serie de máscaras aparecen cual fantasmas en altura o en vitrinas irrumpiendo en las diferentes narrativas de los espacios expositivos. Por otro lado, éstas se concentran en una sala independiente que aparece a modo de digresión con el formato activista del resto de la exposición. Si bien esta sala podría funcionar como un llamado de atención sobre el "problema indígena" que no es trabajado en general por los otros proyectos presentados, su aparición a lo largo de la exposición se presenta más bien como algo anecdótico y descontextualizado.

La exposición, además de un seminario inaugural, cuenta con una selección de cine y video que se presenta semanalmente en el museo bajo el título El roce de los cuerpos; materiales que aparecen como cadáveres rescatados de sus tumbas, aunque en realidad muchos de ellos hubiesen cobrado más "vida" dentro de la propia exposición.



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