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1era Bienal del Fin del Mundo 2007


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Los Señores de la Playa by        Kcho
K-cho

Diversions by Rochelle       Costi
Rochelle Costi

Alinhavado [Tacking] by Flaminio        Jallegas
Flaminio Jallegas

Em seu cantu by Patricia       Gerber
Patricia Gerber

[Pilgrim Board] by Julián       DAngiolillo
Julián D´Angiolillo

[Pilgrim Board] by Julián       DAngiolillo
Julián D´Angiolillo




[Pilgrim Board] by Julián       DAngiolillo

End of the World Biennial,
30/03/2007 - 29/04/2007
Ushuaia, Argentina

1era Bienal del Fin del Mundo 2007
por Teresa Riccardi

2.
Recientemente en Ruinas, un brillante y devastador ensayo del artista y crí­tico de origen libanés Jalal Toufic, se preguntaba por las representaciones del arte contemporáneo en el mundo árabe y sus contextos de producción del siguiente modo: ¿Qué es lo que tiene de site-specific El Lí­bano? Buscando respuestas, densamente el relato va configurando la idea de la ruina como lugar acechado por los sobrevivientes que habitan una ciudad devastada por las guerras de invasión israelí­ desde 1982 hasta la actualidad. En el camino, describe una ciudad que recupera a través de sus ornamentos y detalles patrimoniales -a modo de laberinto espacio-temporal- la memoria presente de aquello que ha sido un lugar en la historia y la historia actual de la reconstrucción del distrito central en Beirut.

La experiencia de Toufic de las migraciones y exilio con su familia en 1982, es importante en este relato, y seguramente éste como tantos otros relatos de vida han sido apropiados por la intelligenzia curatorial, a la hora de decidir incorporar el pabellón de El Lí­bano por primera vez en la 52 edición de la Bienal de Venecia. Por distante que esto nos parezca, el escenario actual globalizado en el cual nos encontramos, nos obliga a pensar estas resonancias e imaginar y adecuar nuestras percepciones frente a experiencias difí­ciles de ignorar. 1982 es un año clave. Ushuaia, ciudad ubicada a 600 millas de las Islas Malvinas, hoy territorio inglés, es el testigo más cercano de una guerra aún difí­cil de olvidar para muchos argentinos; recordada mediante un tradicional acto conmemorativo de vigilia la noche del 1ero de abril, en el monumento a las Islas en el centro urbano, y desligada de todo planteo bienalí­stico. Si estamos obligados a imaginar, sabemos entonces lo fácil que puede ser olvidar, lo sencillo que puede resultar desviar o reponer en el lugar una ficción. Volviendo a la Bienal, sabemos que trató sobre otras cosas y eligió señalar otro tipo de urgencias, aunque no podemos dejar de observar en el concepto de circularidad un dispositivo diferencial que permita pensar otra manera de recordar.

3.
Entre pasado y presente, las obras presentadas hicieron visible lo invisible. Desde lo curatorial se eligieron site-specifics que marcaron una apuesta institucional que incluyó lugares históricos, museos, y espacios de la cultura de la ciudad. Y si bien la propuesta logró enlazar la historia del lugar, la propia naturaleza de los mismos espacios neutralizó el riesgo experimental expositivo y el discurso de algunas producciones. Por ejemplo, se puede pensar como acierto la instalación de los collage de la serie L'Obsservatore Romano de León Ferrari en el recinto histórico del presidio, así­ como las construcciones "mobiliarias" de José Rufino y también las instalaciones y dibujos de Alexis Leyva Machado (K-Cho) en La Casa Bebán. Pero tal vez como desacierto las fotografí­as de Rochelle Costi, que en el polideportivo diluí­an la lectura de analogí­as formuladas desde la idea de "desvio" entre estrábicos y presos. Esta propuesta pensada en un sitio como el presidio, por ejemplo, llevarí­a a considerar los mecanismos de regulación y reinserción social impartidos en las sociedades disciplinarias a partir de las conductas normalizadas y las "estetizadas" en la actualidad.

La instalación y el video suelen ser consideradas tipologí­as canónicas en muchas de las bienales actuales y en este caso no fue la excepción. No obstante, cabe señalar la inclusión de acciones corporales, entre estas la performance Cara o cruz versus Cruz y cara y la donación de sangre para Malvinas de Jorge Orta; los trabajos de los brasileños Flaminio Jallegas y Patricia Gerber; las acciones del colectivo Bijari, y RaioXexpandido de Gabriel Guaraci, fueron junto a la propuesta irónica y sorpresiva de los canadienses BGL, estrategias de posibilidad y actualización, en una práctica hoy bastante desacreditada. Y sin duda, resultaron atractivas al público.

Más concientemente, los artistas recurrieron una y otra vez a la ficción para poner en perspectiva la especificidad de Ushuaia y el juego estratégico que la mirada turí­stica impone al sitio. Hubo producciones que lograron distinguirse y articularon heterotopí­as que se diferenciaron de los fuertes factores de localización, y aunque pocas veces tratadas desde un aspecto polí­tico como piensa la utopí­a foucaultiana, fueron persistentes en el despliegue imaginario de un territorio habitado por regimenes diversos. Ushuaia, se presenta como lugar prospero donde la oferta turí­stica crece y la demanda acompaña en el "libre juego" de mercado de servicios, por lo tanto resulta interesante observar el paisaje de ese territorio, circularlo, observarlo. Entre tanta prosperidad reciente, Ushuaia vive de inmigraciones diversas, y estas revelan la ausencia o falta generacional de fueguinos recomponiendo muchas veces la idea de un paisaje del confí­n, y por ende de huida o de paso. Los que llegan, vienen de otro lugar y como emigrantes crean ficciones, componen nuevos sitios, se acomodan, asientan, construyen; donde la historia del sitio no pesa, crean nuevas mitologí­as o remiten a otras historias. Algo que recuerdan a distancia, los registros sonoros, dibujos y fotografí­as de Paula Senderowicz en Transient shelter, como un refugio frágil, efí­mero, de hielo, creado para que allí­ se abriguen historias o mitologí­as apropiadas por el doble sonoro de los rituales de asentamiento.

Incluyendo esta perspectiva, pero abordando una mediación que los aleje del propio encantamiento fueguino, los trabajos de artistas como Alicia Herrero, Julián D'Angiolillo, Daniel Trama, el Grupo del Borde y el trabajo conjunto de Jorge Haro+ Nicolaj Callesten+ Mai Stautsager, han permitido ver las discontinuidades o las fisuras de la circularidad. Incorporan movimiento, interrumpiendo la idea positivista de la contemplación como algo estático y atemporal. En el caso de D'Angiolillo un triciclo se desplaza llevando su cuerpo o el de otro a deambular por la ciudad. Trata de hacer negocios inmobiliarios en terrenos ruinosos, en aquello que queda. En fábricas deshabitadas hace sus planes, fabula con un tablero y su ojo, para solo detenerse en el espacio del polideportivo. Allí­, nos deja un registro de estos movimientos, en una canasta que incluye un televisor y un video, tal vez una performance diferida, distanciada.



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