Desde una perspectiva individual, la selección de obras de cada artista para la exposición fue exacta e interesante. Tropicalounge de Sergio Vega incluyó fotografí­as de su serie titulada Modernismo Tropical que funcionó bien dentro del ámbito y la selección de obras de Rosa Mart´´inez estuvo excepcionalmente bien integrada.

Luego de encontrar a José Bedia casi en todas partes durante Art Basel, me dirigí­ sin ningún apuro a ver su obra aqui en el MAC, aunque la acertada selección de pinturas al óleo realizada por Victor Zamudio-Taylor me recordó el motivo por el que Bedia es uno de los artistas en actividad más importantes del momento. En una serie de paisajes épicos, Bedia utiliza naves de guerra y portaaviones como los vehí­culos simbólicos sobre los que se librarán nuestras batallas espirituales, expresando su carácter mesiánico y apocalí­ptico mediante su manejo tanto de la proporción como de su talento con el pincel. Ya sea en el dominio espiritual como material, en la actualidad el acto de guerra juega un papel importante en nuestra conciencia y estas obras en particular despliegan explí­citamente, en enormes y hermosos lienzos, el poder sublime y espiritual que Bedia domina con maestrí­a, una implicancia serena y poderosa a la que el mundo deberá hacer frente. Es esta la clase de compromiso personal y pací­fico que otorga tanta importancia al arte en medio del bombardeo de los medios en una feria internacional de arte. El hecho de que se haya reunido tanto talento en una exposición, sin mencionar en una ciudad, para que pueda disfrutarlo numeroso público es mérito de la mecenas venezolana Ella Cisneros, a quien el MAC debe su existencia. Esperamos que el legendario apoyo brindado por su familia a los artistas de América Latina se extienda también a los artistas que trabajan aquí­.