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Antes de la resaca… una fracción de los noventa en la colección del MUAC


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King donkey (form the series alcohol and loneliness) by Daniel      Guzamán


Flebitis by Abraham      Cruzvillegas


Cover by Casper      Publicación


Cover by Casper      Publicación


Interior by Claudia        Fernández


Oríllese a la orilla by Yoshua        Okon





Oríllese a la orilla by Yoshua        Okon

MUAC,
30/06/2011 - 27/11/2011
Mexico, Mexico

Antes de la resaca…
por Daniel Montero

¿Qué tal estuvo la fiesta? Algunas reflexiones sobre la posibilidad de una celebración repentina

Hay diferentes tipos de fiesta a las que uno puede asistir: están las excesivamente formales casi siempre familiares que se celebran por una ocasión especial; o las fiestas populares, esas que generalmente son en un pequeño pueblo que celebran un acontecimiento religioso. Están también las completamente informales, de amigos y cuates a las que se puede asistir incluso sin uno estar invitado; y por supuesto también están las que comenzaron más bien como una reunión de amigos pero que se fueron transformando en una fiesta hasta terminar en la más impresiónate de las bacanales. Parece ser que la fiesta, antes de la resaca, que nos presenta la curadora Sol Henaro en esta ocasión, tiene que ver más con esta última modalidad de festejo que con otra: una suerte de agrupación de personas que compartía los mismos intereses que fueron creando una escena en común, no sólo respecto a su trabajo artístico, sino como comunidad, en la que compartían literalmente la fiesta, el desencanto por un país permanentemente en crisis, la necesidad de conocer nuevas propuestas artísticas y a la vez formularlas en una nueva forma de discusión más allá de la academia. Una nueva forma de vida que alteró, al mismo tiempo, el campo artístico del país y las prácticas artísticas que lo constituyen.

La muestra Antes de la resaca: una fracción de los noventa en la colección del MUAC tiene que ver precisamente con una selección de obra de artistas que comenzaron a trabajar a finales de los años ochentas pero que desarrollaron su propuestas conceptuales y estéticas durante los años noventas, en los que alguna vez se denominaron espacios alternativos pero que ahora, en un ajuste conceptual, se llaman "espacios independientes". De hecho, la exposición muestra algunas obras de los que, al parecer de la curadora, son los espacios más representativos de los años 90’s: la Quiñonera, Temístocles 44 y La Panadería, que en relación a su aparición trazan una genealogía de este tipo espacios y, por supuesto, narran su perfeccionamiento institucional: de La Quiñonera, que apareció en 1988 como un lugar de reunión y de eventual exposición en el que algunos artistas tenían sus talleres, se pasó, en 1993, a un lugar de discusión más activa en donde las propuestas se hacían de manera más consensuada y cerrada como en Temístocles 44, hasta que se disolvió ese grupo y algunos fueron convocados por Miguel Calderón y Joshua Okon en La Panadería en1994, con un perfil mucho más desenfadado en el que la discusión de la selección de obras era importante pero que tenía que ver más con la posibilidad de generar dinámicas de exhibición y de grupo en relación a una forma de vida: la fiesta y el intercambio. Hacer (d)el arte una diversión.

Como bien lo dice el título, la exposición muestra una fracción de obras del acervo del MUAC y de sus colecciones asociadas. No es una exhibición exhaustiva (no están todos los artistas que participaron en la década, casi ninguno tiene más de una obra exhibida y tampoco se pretende generar una documentación precisa de todos los procesos que coadyuvaron a la reorganización del campo artístico) pero sí intenta mostrar algunas piezas claves que hacen manifiesto diferentes intereses estéticos y de discusión teórica de la producción local de la Ciudad de México en los años noventa. Se puede ver, entre otras, El obelisco roto para mercados ambulantes (1992) de Eduardo Abaroa, El museo Salinas (1996) de Vicente Razo, Mineralización estéril (1997) del grupo SEMEFO y Rompiendo el código Maya, Guatemala (1995) de Rubén Ortiz-Torres; no se presentan pinturas (medio artístico que por tradición en México se entendía como el más representativo) y lo que predomina son el arte-objeto, el video, las instalaciones y el dibujo. Además, todas las obras muestran intereses por el contexto, por las posibilidades de la incidencia que tienen otros campos sociales en el del arte, siempre desmarcándose de la tradición de un arte mexicano que hacía énfasis en nociones de identidad y de la diferencia. Es más, en la exposición se puede ver cómo todos estos artistas ponen en crisis esa noción de identidad nacional (que hasta mediados de los años noventa fue promovida por el Estado) al separarse concientemente de las representaciones históricas que se hacían de México a través del arte, siempre con grandilocuencia, e intentando vincular todas las épocas históricas con un pasado mítico maravilloso.

Ahora bien, además de las obras se pueden ver varios elementos que contextualizan la exposición y que pretenden mostrar que estas por si solas no fueron suficientes para el ajuste del campo artístico mexicano: se exhiben las revistas CURARE espacio crítico para las artes y Poliéster pintura y no pintura (tal vez las primeras revistas especializadas en arte contemporáneo en el país); los cuatro ejemplares de la revista Alegría que alcanzó a editar el grupo Temístocles 44, la revista Casper editada por Daniel Guzmán, Luís Felipe Ortega, Damián Ortega y Gabriel Kuri, y la revista La Pus Moderna que dependía de Rogelio Villareal. Se puede ver además una rokcola en la que es posible seleccionar música de la época: Los Caifanes, Santa Sabina, y la Maldita Vecindad entre otras; además de una cabina de radio que transmite desde una de las salas; y como documentación, una proyección de un video que muestra las obras in-situ que se hicieron en la casa de Temísitocles 44.

Adicionalmente, la exposición estará acompañada de una serie de charlas y de diálogos con artistas, críticos y curadores que suponen, además de una contextualización, una problematización de la exposición en donde se tratarán temas como la aparición de dichas formas artísticas en relación a espacios institucionales, las alteraciones en las políticas económicas del país y por supuesto, hacer evidente la circulación de esas obras en diferentes circuitos y narrar cómo se constituyeron tanto los discursos de validación como el valor simbólico de esas piezas. Discutir, al fin de cuentas, cómo ocurrió un relevo en producción artística hacia lo que se puede denominar "arte contemporáneo".



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