Las piezas que integran Farsites abarcan en medios y tema desde fotografías absolutamente directas de calles urbanas (algunas en diversos grados de deterioro), todas espectralmente despojadas de figuras (Thomas Struth, Catherine Opie, Dean Samshima, Eduardo Consegura, Geraldine Lanteri) a obras escultóricas más conceptuales en muchos casos realizadas con o en referencia a materiales de desecho provenientes de las calles de la ciudad: ya sea mobiliario de segunda mano atado en forma de escultura (Damián Ortega), una columna de cajas de cartón (José Dávila) o una estructura construida contra la fachada de un museo que remite a la construcción en zonas carenciadas (Hector Zamora).

Asimismo, el intensificado sentido de paranoia que afecta a los habitantes de la ciudad como resultado de la crisis puede observarse en las réplicas de cámaras de seguridad realizadas en cartón por Marcelo Cidades, las fotografías tomadas por Kendell Geer de hogares de clase media equipados con artefactos de seguridad en la Johannesburgo post-apartheid, y las fotografías de Armin Link acerca de medidas de seguridad adoptadas para la convención del G8 en 2001. Se exploran también las crisis personales en obras tales como la de Félix Gonzáles-Torres quien registra el deterioro de su salud. Las obras de otros artistas plantean posibles (ficcionales) soluciones a las crisis, como en Dry Toilet (Inodoro seco) de Marjetica Potrc y los míticos planes de reconstrucción de Carlos Garaicoa. Por último, entre quienes intentan facilitar el cambio dentro de la ciudad mediante la acción social se incluyen el Taller Popular de Serigrafía que instala una prensa e imprime imágenes durante las manifestaciones de protesta en las calles de Buenos Aires y Eloisa Cartonera, una editorial, también con sede en Buenos Aires, que compra cartón usado a distribuidores y emplea niños para transformarlo en libros. En su conjunto, la exposición de museo, tal como las Intervenciones y los Escenarios, tuvo el propósito de crear conciencia y vincular las luchas y situaciones de crisis que se desarrollan en el marco de las ciudades internacionales y, en algunas instancias, aportar soluciones para superarlas. Existe un elemento singularmente discordante en el hecho de analizar la crisis urbana en el adinerado distrito de Balboa Park de San Diego; una problemática que no afecta a la exposición de Tijuana y que de alguna manera complica el programa curatorio.

Judi Wertheim (Argentina) cerró las festividades de fin de semana el domingo 28 de agosto por la noche en Blends, una boutique de calzado deportivo en San Diego, con el lanzamiento de Brinco, zapatillas diseñadas para satisfacer las necesidades de los inmigrantes cuando intentan cruzar ilegalmente la frontera. Este calzado de suela gruesa que se entrega a los inmigrantes para su viaje a través de la frontera (y que se vendió al público de San Diego por US$210 el par) está decorado con los colores de la bandera mexicana y un motivo de águila azteca bordado en los laterales externos y la imagen de un santo en el talón, y se complementa con una brújula, un mapa, una linterna, analgésicos y una moneda de veinticinco centavos inserta en un bolsillo con el objeto de que su portador/a llame a la artista una vez que haya cruzado la frontera para que ella recupere el calzado mediante compra. Su obra constituye una crítica a la cultura material y pone de manifiesto la desconexión entre la producción de bienes para el mercado minorista (las zapatillas fueron confeccionadas en China) y el consumidor.