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Arte & Espacio Social
Fuga de Cultura: Creando una Economía Cultural en la Frontera
Susana Bautista




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Crossing the border into Mexico


Map of the border region


Tijuana Cultural Center (CECUT)


Armando Gonzalez, owner of Galeria del Mar, Rosarito Beach

La "fuga de cultura" es una de las inquietudes fronterizas de los últimos años menos discutida. Mucho se ha escrito acerca de cómo se crea la cultura en las ciudades fronterizas, que resulta en un arte fronterizo, poesía fronteriza y política fronteriza, para nombrar tan sólo algunos. ¿Las ciudades fronterizas desarrollan por lo general un intercambio y colaboración cultural con el espíritu de buenas relaciones, sin embargo, implica esto tan solo una interacción bien intencionada entre las ciudades vecinas, o afecta también el mercado de arte comercial? La cultura está inextricablemente atada al comercio, y más aún en nuestra sociedad pos-moderna, como tantos especialistas lo han reafirmado. Es una realidad económica que si los artistas no pueden vender sus trabajos en Tijuana – una ciudad con una población y economía crecientes– eventualmente se irán en busca de mercados más fuertes al norte de la frontera y más allá.

Con una plétora de espacios culturales financiados por los gobiernos del estado y federales, existen muchas oportunidades para los artistas para hacer exhibiciones en Baja Norte (la región de Baja Norte, en el estado de Baja California, México, incluye las ciudades de Tijuana, Rosarito, Ensenada, Tecate, y Mexicali, la capital del estado), pero una vez que logran un alto nivel de reconocimiento público, es tan sólo natural para ellos esperar los beneficios económicos por dicho reconocimiento a través de coleccionistas y galerías privadas, y la credibilidad y respeto que por lo general se da únicamente por las colecciones privadas en nuestra sociedad capitalista. ¿Si un mercado de arte comercial en Tijuana no se puede sostener con el mercado libre, o por eventos nacionales e internacionales que traen consigo más notoriedad y turismo al área, entonces qué sucederá con la nueva generación de jóvenes artistas? ¿Peor aún, qué sucederá con esta dinámica ciudad fronteriza que depende de la comunidad artística para volverle a dar forma a su identidad moderna como meta para el turismo cultural y de alta categoría? Casi 115,000 mejicanos en Tijuana cruzan diariamente a los Estados Unidos por razones económicas y sociales, y luego regresan a sus casas con sus familias por la noche. ¿Pero qué le pasa a una comunidad cuando sus artistas empiezan a irse también porque no existen suficientes razones para regresar a sus casas? ¿Tiene el gobierno una responsabilidad de subsidiar el mercado de arte privado en Tijuana, o es responsabilidad del sector privado, incluyendo las maquiladoras, los negocios locales y los mecenas de arte adinerados? Aunque puede que las respuestas tarden en llegar, éstas son algunas de las muchas preguntas que deben comenzar a preguntarse en las ciudades fronterizas con un sector cultural en crecimiento como lo es Tijuana.

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