Centre de Cultura Contemporánia de Barcelona,
Nov 09, 2010 - Feb 27, 2011
Barcelona, Spain
El D_efecto barroco
by Joaquín Barriendos
LO BARROCO (NUMANTINO) EN EL LABERINTO DE LA HISPANIDAD En la víspera de lo que la diplomacia iberoamericana convino en llamar el Quinto Centenario-Encuentro de Dos Mundos, el ensayista catalán Xavier Rubert de Ventós publicó un libro titulado El laberinto de la hispanidad (1987). En dicho ensayo lo barroco español se define como un clasicismo numantino, es decir, como el estilo de una nación que aspira a modernizarse a partir de la perpetuación de un modelo clásico que, atrapado en el tradicionalismo contrarreformista, no consigue otra cosa que un pacto político deforme, temperamental, heráldico, centralista y anacrónico. Desde este punto de vista, el barroco español sería el reverso de la modernidad racional calvinista: un estilo barroco peninsular de hacer política que, obcecado en la restauración pírrica de su clasicismo, sólo puede vivirse como ensoñación. "En El laberinto de la hispanidad -nos advierte el ensayista- entendí el barroco como un intento de seguir siendo clásico en un mundo que no lo era". La patología del barroco español consistiría entonces en concentrar poder colonial (no sólo político y mercantil sino también cognitivo y semántico) mediante el teatro de la inclusión, el mestizaje, la autorreflexividad y la crítica al individualismo: "Personalmente he de reconocer -afirma sin inhibiciones Rubert de Ventós- que a la admiración que como clasicista siento por el enorme esfuerzo figurativo y hermenéutico del Barroco español se mezcla el temor que como liberal me produce su voluntad integrista y totalizante". Una voluntad totalizante que, como reconoce acertadamente el propio Ventós, no se agotó con la caída de la dictatura, sino que sobrevivió más allá de la transición. Como es sabido, fue a través de la sublimación afirmativa de lo hispánico en tanto que raza universal que el franquismo promovió una política cultural expansiva destinada a resolver el problema de la excepcionalidad negativa de lo español. Dicha excepcionalidad se basaba en la idea de que, en el concierto de las naciones del mundo, la española se distinguía por un defecto: por su temperamento irracional que hacía de lo español algo atractivo como alegoría literaria pero profundamente inconsistente en tanto que identidad política. La hispanidad cristiano-franquista hablaba por lo tanto de superar ciertos rasgos negativos de lo español para que la verdadera manera de ser hispana pudiera liberarse y proyectarse universalmente. Al Hombre-Español, gobernado por un temperamento irracional, debería sucederle pues el verdadero Hombre-Hispánico, guiado por la razón. Las palabras de Rafael Gil Serrano en su Nueva Visión de la Hispanidad de 1947 describen de manera reveladora este ideario: "El temperamento Español, con esa modalidad de apasionamiento explosivo, cuando no está bien encauzado y dirigido es, como hemos repetido, la causa de todos los Defectos propios de los Hombres de España […] Este fenómeno es típicamente español, es decir, español a secas o no-español, pero de ninguna manera auténticamente hispánico". Paradoja extrema, ya que el control de las pasiones desbordadas es justamente la antítesis de lo barroco. El ser del nuevo Hombre-Hispánico ideado por Gil Serrano sería, en este sentido, un hombre anti-barroco de alcances universales. Como puede verse, dicha hispanidad fue un intento de resolver/difuminar el «problema español» por la vía de su irradiación ecuménica, para lo cual hacía falta que el dilema del ser español se asumiera como propio en Hispanoamérica: tenía que volverse constitutivo del ser hispano. El propio Gil Serrano propuso sustituir el nombre de América con el de Neohispania. En gran medida, lo que El laberinto de la hispanidad de Rubert de Ventós intentó fue practicarle una vasectomía a los legados de esta hispanidad cristiano-franquista. Es en este sentido en el que debemos entender sus palabras cuando nos asegura (en un capítulo sintomáticamente llamado "Encuentros en el laberinto") lo siguiente: "Valgan entonces estas notas, si no de otra cosa, como muestra o testimonio de que la patética reflexión hispana sobre la propia identidad puede verse aún potenciada y complicada con la reflexión catalana e iberoamericana". En otras palabras, Rubert de Ventós nos advierte que, si dejamos que sea el tardo-casticismo el que piense por sí solo el problema de la hispanidad, la excepcionalidad defectuosa de lo español terminará por convertirse en una monstruosidad de alcance verdaderamente hispano. Sin proponérselo, El laberinto de la hispanidad nos recordaba que debíamos de tener cuidado a la hora de celebrar el ‘encuentro’ entre dos mundos. A casi un cuarto de siglo de su publicación, la exposición El D_Efecto Barroco. Políticas de la Imagen Hispana (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, 11/2010 - 02/2011) intenta sacar del olvido aquella advertencia de Rubert de Ventós y nos propone un nuevo recorrido -más arriesgado, más entretenido y con promesa de polémica- por los últimos vericuetos en el laberinto de la hispanidad. Un laberinto en el que lo hispano, la hispanidad, el hispanismo, lo español, el español, Hispanoamérica, Iberoamérica, «the hispanic» -entre otras especulaciones geográficas, políticas y lingüísticas derivadas del expansionismo colonial e imperial Español- se apelmazan y se utilizan de manera intercambiable a pesar de sus obvias diferencias históricas y sus pronunciadas incompatibilidades geopolíticas. Desde el punto de vista escenográfico, El D_Efecto Barroco es una suite en once partes, bien estructuradas en su lógica interna pero que transversalmente dialogan entre sí sólo de manera oblicua: entre las explicaciones de lo que según Luis Figueroa es el barrokitsch mexicano, la monumental opacidad de los Archivos F.X de Pedro G. Romero, los extractos de la entrevista al propio Rubert de Ventós y el video Die Schöpfer der Einkaufswelten de Harun Farocki hay nulas o tantas conexiones como a cada espectador se le antoje. Aceptando lo anterior como una virtud y no como un defecto, nos vemos obligados a centrar este breve comentario más en las sugerentes especulaciones terminológicas de la muestra que en la coherencia de cada una de las obras respecto al discurso curatorial (la exposición incluye decenas de horas de entrevistas a personajes tan diversos que resulta difícil pensar en un hilo conductor que las atraviese). Nuestra percepción general es que El D_Efecto Barroco esponja la tesis del clasicismo numantino propuesta por Rubert de Ventós hasta tal punto que ésta se presenta girada 180 grados sobre sí misma, propiciando la aparición de lo que podría llamarse una política barroca numantina; esto es, un relato de las políticas de la imagen hispana en el que todo lo defectuoso, lo delirante, lo deforme, lo populista, lo kitsch o lo efectista tiende a ser leído como barroco, incluso si éste se expresa bajo formas clásicas o como negación de lo barroco. Desde este punto de vista, el mediático y chabacano "Por qué
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