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Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina


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View of the exhibition by Perder la forma humana   Una imagen sísmica de los años 80 en América Latina


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. by Santa Teresita Etnia Chiriguano


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Museo Nacional de Arte Reina Sofia,
26/10/2012 - 11/03/2013
Madrid, Spain

Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina


por Francisco Godoy

En las caderas de la Reina, hay cadáveres.

El carácter experimental y en proceso de la exposición da cuenta de sus límites, excesos y desbordamiento de modelos. No se trata de una exposición de "arte latinoamericano", tampoco un proyecto sobre arte y política al modo que se pudo ver de forma permanente en los años 90s y primeros 2000; menos aún una lectura utilitarista de materiales frágiles para exposiciones temáticas. Se presenta más bien como un primer experimento "sísmico"(5) que da ciertas pistas fragmentarias de una historia que está siendo revisada y, para bien de todos, recuperada como estrategia para activar el presente.

Sin embargo, el cuestionamiento que plantea la exposición a los propios límites de lo considerado "arte" en condiciones límites resulta en cierta medida fallido ante el abandono de una serie de prácticas artísticas del período. Sin apelar a una lógica de representación o cuotas, resulta molesta la ausencia de algunos artistas de alta intensidad política y poética como Eugenio Dittborn (y el problema chileno de la Escena de Avanzada), Victor Grippo, Beatriz González, Luis Camnitzer, Cildo Meireles, Eduardo Tokeshi, Tunga o Juan Downey, entre otros artistas de los países trabajados. Dicho problema se hace sumamente evidente ante la sobreexposición de otras experiencias, donde el ejemplo paradigmático serán las multiplicadas Yeguas del Apocalipsis.

Sin duda éste es el resultado "en proceso" de una alianza fundamental entre la Red y el Museo Reina Sofía que, con su política de museo del sur, promueve la investigación, despliegue y experimentación de prácticas modernas y contemporáneas que permiten narrar otras historias del arte –e historias a secas– como pasados que revitalizan el presente. Parte de ese programa viene signado por proyectos como Desvíos de la deriva, curada por Lisette Lagnado y María Berrios en 2010 o la exposición curada por Ana Longoni, Roberto Jacoby. El deseo nace del derrumbe, y que se proyecta hacia el futuro en la presentación más extensa en Europa de la Colección Patricia Phelps de Cisneros de 2013 o la que dedicarán a Cildo Meireles en el Palacio de Velázquez el mismo año. En este marco Perder la forma humana se presenta como la iniciativa más comprometida políticamente y una de las pocas pensadas colectivamente en una dinámica sur-sur, tanto en este museo como en el resto de los españoles en al menos las últimas dos décadas.

Sin duda la presentación de Perder la forma humana en Buenos Aires, Lima y tal vez Santiago, permitirá al equipo curatorial rearmar las piezas de los cadáveres que vuelven a la vida para ser reinventados desde sus tumbas, esperemos que problematizando las fallas mencionadas que, sin embargo, resultan ser asuntos menores ante la relevancia indiscutible del proyecto.

Volviendo al comienzo de la exposición, porque se sale de allí sólo regresando al principio, Lemebel reaparece con una frase que sigue siendo actual: su utopía es para las generaciones futuras, hay tantos niños que van a nacer con una alíta rota, y yo quiero que vuelen compañero, que su revolución les dé un pedazo de cielo rojo para que puedan volar. Y digamos también, para que otros cadáveres puedan revivir.

Citas:

(1) "Declaración instituyente Red Conceptualismos del Sur", marzo de 2009. http://conceptual.inexistente.net/index.php?option=com_content&view=article&id=56:declaracion

(2) Véase http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/actuales/perder-forma-humana.html

(3) El poema Cadáveres fue escrito por Perlongher en un viaje en autobús de Buenos Aires a Sao Paulo y publicado por primera vez en: Perlongher, Nestor, Alambres, Buenos Aires, Último Reino, 1987

(4) El marco temporal de la exposición llega hasta 1994, tomando como acontecimiento de "clausura temporal" el nuevo ciclo de protestas del Zapatismo.

(5) La noción de sismo, por cierto, nos remite al telurismo en la filosofía y literatura latinoamericanas, promovida por Guillermo Francovich y Pablo Neruda, entre otros, y que remitiría a una posición de autonomía discursiva en relación a los movimientos tectónicos. La utilización de lo sísmico en el caso de esta exposición funcionaría de forma paródica en relación a esta nomenclatura militante.

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