Museo Nacional de Arte Reina Sofia,
12/05/2010 - 06/09/2010
Madrid, Spain
Principio Potosí. ¿Cómo podemos cantar el canto del Señor en tierra ajena?
por Jaime Vindel
La otra cara del fetiche
El enfoque de Grüner coincide con la tesis de Principio Potosí en enfatizar la relación entre modernidad, colonialismo, acumulación originaria del capital, fetichismo de la mercancía, esclavitud y genocidio. Un posicionamiento que merece ser complementado o contrastado con otras dos exposiciones que han coincidido en el tiempo con la muestra del MNCARS. La primera de ellas, titulada Desvíos de la deriva. Experiencias, travesías y morfologías, puede verse en el mismo museo. Se trata de un proyecto de investigación y curatorial emprendido por Lisette Lagnado y María Berríos en el que se diagrama una relectura de la utopía del siglo XX en lo relativo a la experiencia del espacio y la ciudad. Lagnado y Berríos sitúan su mirada en ciertas aportaciones individuales y colectivas provenientes de Brasil y Chile. En su planteo, lo moderno y lo americano no se postulan como conceptos mutuamente excluyentes. Bien al contrario: según resumía el temperamento de la Escuela de Valparaíso, de lo que se trataba era de preguntarse “¿cómo ser americano y moderno?”, de pensar una modernidad americana que, impulsando la libertad creativa, invirtiera el campo de la arquitectura y de la experiencia corporal impuesto por el racionalismo funcionalista eurocéntrico.(12) Mucho menos pretenciosa desde el punto de vista museográfico que el dispositivo ideado por los curadores de Principio Potosí, Desvíos de la deriva consigue, pese a (o quizás gracias a) la aparente simplicidad de su puesta en escena, transmitir una imagen sólida de esa modernidad escrita desde el Sur.
Pero la apuesta discursiva que más nos interesa rescatar aquí, en la medida en que dialoga -incluso en términos de disenso- con la pedagogía de las imágenes de la historia que propone Principio Potosí, es la sostenida en la muestra Fetiches críticos. Residuos de la economía general, cuyos artífices intelectuales han sido Cuauhtémoc Medina, Mariana Botey y Helena Chávez Mac Gregor, todos ellos integrantes del proyecto El Espectro Rojo. En un texto rotundamente titulado “En defensa del fetiche”, los dos primeros abogan por reconsiderar positivamente ese concepto central del pensamiento moderno. Lejos de presentarse como una mera administración mercantil del deseo, el fetiche es concebido por Medina y Botey como el objeto y el lugar intersticial “que acompaña la inestabilidad de los conceptos del valor sexual, económico y estético, que precipitó la violenta interacción de economías y epistemologías desiguales que sigue siendo decisiva en todas y cada una de las fases de la economía-mundo del capitalismo en los últimos cinco siglos”.(13) Para ambos autores, en la epistemología occidental el fetiche confinaría lo heterogéneo y lo inconmensurable, todo aquello que no se ajustara a la cosmogonía del pensamiento ilustrado, al mundo del mito y del salvajismo. Su reivindicación presente perseguiría, por el contrario, revelar desde la afirmación de su opacidad la potencia negada por esa figuración de la otredad, las resistencias que se inscriben en lo inaprensible del régimen sensible que abre el fetiche.
Estas y otras iniciativas han confluido durante el presente año en la encrucijada bicentenaria. Tomando distancia respecto al tono patriotero oficial, los enfoques de los proyectos expositivos y bibliográficos mencionados configuran, en su heterogeneidad, un territorio crítico sumamente movedizo. Aunque no compartan un posicionamiento común que permita definir un contramodelo bicentenario, todos ellos tratan de desestabilizar, con mejor o peor suerte, la ideología consensual, interesada y autocomplaciente promovida por los Estados-nación a través de sus brazos mediáticos, de sus instituciones académicas y de sus políticas culturales. Queda por saber cuál es su capacidad para desbordar las agendas museográficas y editoriales bicentenarias, para generar un debate público prolongado en el tiempo que contribuya a socializar las problemáticas reseñadas. En ello estriba, en última instancia, su relevancia política.
Citas:
(1) Cuauhtémoc Medina, “Nuevo traje postcolonial”, cfr. http://salonkritik.net/09-10/2010/07/nuevo_traje_postcolonial_ cuauh.php
(2) Harun Farocki, “Das Silber und das Kreuz”, Principio Potosí. ¿Cómo podemos cantar el canto del Señor en tierra ajena?, guía de exposición, pág. 9.
(3) Marcelo Expósito, 143.353 (los ojos no quieren estar siempre cerrados), Ibid., pág. 8.
(4) Marcelo Expósito, 143.353 (los ojos no quieren estar siempre cerrados). Un trabajo de instalación vídeo y vídeo monocanal de Marcelo Expósito (2010). Esos bicentenarios con frecuencia encubren la irradiación del colonialismo internacional e interno en aspectos como la reordenación del territorio fruto de la implantación masiva de cultivos latifundistas como el de la soja transgénica, que desplaza y explota a la población autóctona, algo que deja patente la instalación adyacente de Eduardo Molinari.
(5) Algunas de las empresas transnacionales que esconden sus rostros bajo esas máscaras financian, dicho sea de paso, iniciativas y proyectos del propio Museo.
(6) La referencia a la situación de los trabajadores en la China contemporánea es, quizás, la prueba más evidente de la cojera discursiva a la que tratamos de aludir.
(7) http://www.museoreinasofia.es/programas-publicos/pensamiento-y-debate/principio-potosi-reverso.html
(8) Cfr. AA.VV., Principio Potosí Reverso. Madrid, MNCARS, 2010.
(9) Xavier Antich, “Modernidad invertida”, suplemento Cultura/s, La Vanguardia, 16/06/2010.
(10) Silvia Rivera Cusicanqui, Ch´ixinakax utxiwa. Una reflexión sobre prácticas y discursos descolonizadores. Buenos Aires, Retazos, 2010, pág. 5.
(11) Cfr. Eduardo Grüner, La oscuridad y las luces. Capitalismo, cultura y revolución. Buenos Aires, Edhasa, 2010.
( 2) Cfr. Desvíos de la deriva. Experiencias, travesías y morfologías. Madrid, MNCARS, 2010.
(13) Cuauhtémoc Medina y Mariana Botey, “En defensa del fetiche”, Fetiches críticos. Residuos de la economía general. Madrid, CA2M/ El Espectro Rojo, 2010, pág. 8.
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