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Espejos: El camino incierto al País de las Maravillas


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Piedrada by Carlos       Trilnick


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Flag by Yaya Firpo


La Rueda del Infortunio by Fabián Crespi


Cartographies by Iconoclasistas Colectivo





Cartographies by Iconoclasistas Colectivo

Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti ,
02/06/2012 - 05/08/2012
Buenos Aires, Argentina

Espejos: El camino incierto al País de las Maravillas
por Santiago Garcí­a Navarro

Es normal sentirse desorientado dentro del "cubo blanco". Estos no-lugares están preparados específicamente para eso: constituir neutralidad como un elemento objetivo para la percepción, buscando producir des-contextualización. En espacios como estos no es difícil olvidar por unos instantes dónde estamos, para sumergirnos como ciegos a observar el mundo del arte.

Durante las primeras semanas de investigación, decidimos trazar una línea de tiempo mediante la transformación simbólica del espacio y su arquitectura. Notamos que sobre el suelo de la sala donde se realizó la exposición, había dos grandes piezas circulares de concreto. Casi todos los artistas invitados querían intervenir aquellas bases grises de cemento. Era una especie de magnetismo. En el centro cultural desconocían el origen de esas dos "piezas", pero nos dijeron que formaban parte del patrimonio institucional, por lo que no podrían ser modificadas. En esas dos piezas habíamos descubierto algo importante: un ready-made que era, al mismo, tiempo un punto de fuga subjetivo hacia la memoria objetiva, real, del espacio.

Entonces comenzamos a buscar más material sobre la ESMA, intentando dar con la historia y la memoria de aquella sala de exposiciones. Una tarde, navegando en internet, descubrimos una documentación en video realizada durante la apertura del espacio en 2004, donde se puede ver la antigua funcionalidad de la sala de exposiciones: un taller de estudio y reparación de armamentos pesados.

A partir de aquella memoria del cuerpo de la ESMA, aquellas bases grises que habían funcionado como soportes para la reparación y estudio de baterías antiaéreas, se convirtieron para nosotros en las más importantes instalaciones de la muestra. Solo había que señalarlas para intentar devolverle al espacio parte de su memoria histórica. Este hallazgo fue un punto de inflexión en la hipótesis general del proyecto: el señalamiento. Nos encontrábamos en los edificios donde una serie de nuevas instituciones ocupan el espacio de otras viejas instituciones, ambas antagónicas entre sí. De esta manera, y siguiendo la genealogía del lugar, abordamos la crítica institucional desde un punto de vista propositivo y generamos una "museografía" específica para desarrollar una narración que permitirse al visitante convertirse en el protagonista de un recorrido propio, y lo llevase a perderse y rencontrarse, a preguntarse nuevamente: ¿dónde estoy?

Un antecedente para nuestra investigación fue "Memoria en Construcción, el debate sobre la ESMA", un libro (Buenos Aires: La Marca, 2005) donde intelectuales, artistas y organismos de derechos humanos, convocados por el artista Marcelo Brodsky, debatieron acerca del destino del predio. Además de textos y obras artísticas, se publicaron por primera vez fotografías de un grupo de detenidos desaparecidos en la ESMA, junto con imágenes del centro clandestino tomadas y rescatadas por Víctor Basterra, quien junto a otros prisioneros, integró forzadamente un servicio de falsificación de documentos montado por la Armada en la ESMA entre 1980 y 1983.

Uno de los materiales que enriquecieron el debate fue publicado en un dossier donde se discute la creación del Museo de la Memoria (finalmente, Espacio para la Memoria) y el futuro del predio de la ESMA. En la muestra incluimos el libro para consulta. En aquellas páginas, la organización que agrupa a los ex detenidos desaparecidos había sugerido mantener el predio como testimonial, tal cual como quedó una vez que la Armada dejó de dirigirlo.

SGN: ¿Los artistas convocados para "Espejos" forman parte de la red de interlocutores del errorismo?

GE: No necesariamente. Nuestra militancia errorista es extraterritorial: excede el campo del arte y las fronteras de lo local-global, y es superadora de categorías como la de "arte político". Por supuesto, nuestra mirada está influenciada por nuestra posición errática. Sin embargo, aquí participan varios artistas y proyectos que aun no forman parte de las filas del movimiento errorista y otros que sí, son activos difusores de la causa del error.

SGN: ¿El criterio de poner el eje de la exposición en una crítica política con dimensión lúdica es una forma de establecer una diferencia frente a las formas convencionales de la militancia y al arte de contenido político?

GE: Lo lúdico nos parece que es parte inherente al juego representacional que existe en lo político. La política básicamente es un juego de representaciones y está en estrecha relación con la vida y el arte como dos factores inseparables. Al mismo tiempo que el arte penetrado por la viday la política no puede ser otra cosa sino algo dinámico, cargado de dialéctica, y por sobre todo, de riesgos. Entonces, la crítica política junto a un dispositivo de narración lúdica son estrategias que nos ayudaron a generar una muestra accesible a distintos tipos de audiencias. Imaginamos el display curatorial como un juego dentro de una espacialidad laberíntica como lo es la memoria, y donde un coro de voces-obras ayudase al público a perderse y rencontrarse en un camino incierto.

Una de las funciones de esta muestra fue incitar al público a participar y repensar la historia colectivamente, para potenciar la ruptura de jerarquías impuestas en las añejas instituciones de la cultura. Romper con la imagen estereotipada de que un arte con contenidos debe ser aburrido, instructivo, panfletario o didáctico. Escapar del reiterado cinismo tan típico de la humorada neoliberal que se presentó como una receta en muchas de las producciones artísticas de los últimos años que intentaban "parecer sociales".

Somos conscientes de que existe una tendencia en este sentido: fundaciones de arte convertidas en ONGs, artistas de galería haciendo trabajo social, bienales de arte invitando a indignados a ocupar sus instalaciones, performances "de genero" como un estatus curricular y muchas otras experiencias, que hace años eran mal vistas o incluso peligrosas y hoy tienen una notoriedad y visibilidad tal que pareciera que la politización hubiese desbordado al mainstream y sus agentes. Sin embargo, este fenómeno está sostenido por dos o más corrientes que pugnan por los recursos producidos por este nuevo segmento del mercado que crece dentro del campo simbólico. El artista no es alguien ajeno o independiente al estado de situación del mundo. Por eso es tan necesario actuar en conjunto frente a las condiciones cada vez más difíciles de la industria creativa, que tiende a precarizar a sus trabajadores y a pagar los sueldos de sus burócratas.

Una de las obras de la exhibición, que para nosotros es un ejemplo de esa transformación hacia un territorio en donde el arte transforma condiciones y necesidades de una comunidad, es la obra de Matthijs de Bruijne, que actualmente trabaja afiliado al Sindicato de Trabajadoresde Limpieza y Asociados (FVN) de Holanda (Shoon Genoeg). Él acompaña las demandas de los trabajadores de limpieza (empleados estat

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