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11ava Bienal de La Habana


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La Marea by Tamara Campo


Protocolo by Rigoberto Díaz





Protocolo by Rigoberto Díaz

Wifredo Lam Contemporary Art Center ,
11/05/2012 - 11/06/2012
La Habana Vieja, Cuba

11ava Bienal de La Habana
por Magaly Espinosa

Considero que la Bienal en sus últimas ediciones ha ido perdiendo gradualmente ese propósito, convirtiéndose en un evento más, dentro de los encuentros de este tipo que ya se desarrollan en los predios de las culturas no hegemónicas. Indagar en la certeza de esta afirmación abre las perspectivas de un análisis más detallado acerca de la política que deben emprender las bienales en las actuales condiciones de dinámica geopolítica globalizadora, en dirección al comportamiento de las manifestaciones propiamente artísticas.(4)

Un contexto como el cubano es sumamente sugestivo para esa puja, pues se supone que en los marcos de un discurso de izquierda ese propósito esté claramente establecido y por tanto, aunque las tentaciones del mercado del arte son ineludibles y en muchos sentidos beneficiosas, queda a la crítica de arte y a las instituciones de avanzada que la respalden, ser otra alternativa para el pensamiento artístico que no se someta a los dictámenes de lo comercial. Como diría un asiduo visitante a nuestras Bienales: "el arte es mercado, pero no es solo eso, hay dinámicas del arte que hay que defender, y para ello la crítica y la teoría del arte son más necesarias que nunca"(5) Pero en esta ocasión, el énfasis en un arte que sobre todo se interesa por el destino comercial de la obra fue desmedido y las consecuencias de tal política, sobre todo para los jóvenes artistas, no son provechosas.

En el año 2001, la curadora y crítica Marilyn Zeitlin hacía mención al mercado internacional afirmando que este había traído tantas oportunidades como tentaciones y riesgos a los artistas de Cuba.(6) Medirle la temperatura al arte cubano a través del comportamiento de su principal comprador el coleccionista o consumidor norteamericano es muy complejo, porque de aquellas valoraciones hechas por Zeitlin en el año 2001 a la fecha, la comunicación entre arte nacional y mercado internacional no ha sido sistemática, si no más bien asincrónica e inestable. Buscar por el hilo de un canon establecido por el propio mercado no es posible, aunque haya voces ya asentadas en los espacios internacionales del arte.

El artista, curador y crítico de arte Antonio Eligio (Tonel) me escribió lo que a continuación reproduzco "...la bienal fue siempre plataforma (escribí hace tiempo sobre cómo los artistas cubanos descubrieron allí que su público estaba también "afuera") pero de ella se saltaba en todas direcciones: hacia el "adentro" criollo (la Galería Habana, el Museo Nacional, los contratos con el Fondo de Bienes Culturales) tanto como hacia los "afueras" a la mano (Kassel, Paris, Dusseldorf, Boston). Esta plataforma actual, que lanza artistas solo hacia el "afuera" (parece que nadie quiere caer de rebote en el Cerro o Marianao) es parte de un evento que va quedando como pura cáscara: la sustancia, el "pollo del arroz con pollo" es y será definido por quienes viniendo de afuera se dignen a darse el paseo trienal por el subtrópico".(7)

La Bienal se ha insertado históricamente en una línea reflexiva que potenciaba los encuentros del arte con sus posibilidades culturales y sociales, y con ello se abrió una brecha importante en el discurso cultural latinoamericano. No basta con la presencia de grandes artistas para darle glamour a un evento, ni su masificación para convencer de su valía, lo principal reside en la coherencia expositiva, en los perfiles que se logre alcanzar a través de ellas. Esta Bienal tuvo en su gran mayoría deficientes exposiciones, al tiempo que no se consiguió aglutinar a los artistas invitados alrededor del tema elegido, por tanto, cómo pensar que se logró el propósito de un tema de orientación social elegido para esta ocasión: Prácticas artísticas e imaginarios sociales.

El objetivo de articular relaciones hacia occidente que conlleven una política de la representación basada en el reconocimiento de la "diferencia", no se alcanza con paliativos que eludan las circunstancias sociales que nos rodean. Si sobre una muestra me interesa reflexionar es la realizada por el artista cubano Lázaro Saavedra en la Fortaleza de La Cabaña, la misma se llamó: Descanso visual para espectador de bienal. Siete marcos en blanco iban acompañados de máximas que completaban el título de la muestra, pues los cuadros y el propio título preconizaba en el espectador una ausencia de esfuerzo visual y mental para interpretar la obra, mientras que esas máximas lo remitían a la más autentica práctica conceptual. Algunas de ellas versaban: Cuando se hace arte con algo que no se conoce, lo que queda es el vacío…El arte ya no está en el arte…El que no la teme no la debe…Si no sabes, no te metas… Las mismas estaban escritas en color negro y semi tapadas en rosa, unas eran una mezcla de frases y refranes de la cultura popular, otras situaban la circunstancia del arte ante verdades tajantes, anunciando a su vez, los riesgos de un evento pensado para un espectador "ingenuo". Pero este gesto era parte de la irreverencia de la obra, e iba más dirigido al evento mismo, que al diálogo jocoso con el público.

Dado lo breve de este texto no me es posible detenerme a comentar algunas piezas, exposiciones y proyectos, no obstante, mencionaré los que considero más valiosos, pretendiendo incitar al lector a conocerlos, acercándose a temáticas de carácter social, político y antropológico propias de nuestros contextos y de la realidad cubana en su conjunto. Comenzaré por los proyectos de obras en proceso interesadas por diferentes formas de insertar el arte en el contexto social, valga citar: Proyecto MAC SAN Museo de Arte Contemporáneo de San Agustín, y el colectivo Tranvía Cero del Ecuador. De las muestras internacionales quisiera referirme a: Cifo: una mirada múltiple, una selección de la colección de Ella Fontanals-Cisneros, E.U.A. CINEMA REMIXD & RELOADED 2.0 Artistas negros y el movimiento de la imagen desde 1970, curada por Andrea Barnwell y Valerie Oliver, E.U.A.(8) De las organizadas por artistas cubanos: Cine Águila de Oro, curada por Duniesky Martín y Raichel Carrión, Escapando del paisaje de la curadora E. R. Castro, Museo de Arte Maníaco de Sandra Ceballos, Puentes de Sandra Ramos, Cuando caen las fronteras de Abel Barroso, la acción pública Carretillas en la ciudad, organizada por el artista Samuel Riera y Óvulo y las exposiciones de pintura Combatientes, de Eduardo Rubén y Una escena doméstica de Osvaldo González. En cuanto a la presencia del video hubo 2 muestras con artistas nacionales e internacionales, la que se presentó en el marco del proyecto FLYERS curado por Andrés Abreu y la exposición You and eye, Cartografías existenciales e itinerarios urbanos de las curadoras Ada Azor y Wendy Navarro y las distintas propuestas del curador y artista Frency Fernández alrededor del arte digital. De las obras: A Room to Pray del artista T. V. Santhosh (India), Babel de Gabriel Valansi (Argentina), Vista en Planta de Miler Lagos, y El sonido del viento de Emmanuel Sevigni, (Canadá). De los artistas cubanos, la instalación pública Fe

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