ELIZABETH: Ciertas feministas occidentales y activistas trans y queer
del escenario británico han hecho dos críticas. La primera, que
comparten con el corporativismo gay, es el reproche a la extranjería
de Joey: ¿Con qué derecho irrumpe Joey en el escenario político de un
país que no es el suyo? ¿No lo hará con una perspectiva colonial?
Irónicamente, pensamos que el sesgo colonial que hay que evitar es el
de asumir la jerarquía de Joey en esta colaboración intercultural en
lugar de indagar en ella: los aportes de Joey enriquecen pero respetan
una propuesta política original que es ecuatoriana. La segunda crítica
está en el otro extremo lógico al de la crítica corporativa: mientras
los gays corporativos rechazan que un “trans” pueda ser también
“hombre” y “gay” y resienten la usurpación de una categoría que
consideran les pertenece (“lo gay”), el activismo posfeminista y queer
europeo reclama que “hombre” y “gay” son categorías que ya deberíamos
haber rebasado, o que al menos Joey ya rebasó. ¿Por qué, entonces las
asume de nuevo? Sencillamente, porque las categorías necesitan usarse
para poder rebasarse. En este momento histórico en Ecuador, y desde la
estrategia política de este proyecto, era preciso usar las categorías
de “hombre” y de “gay” y de “matrimonio gay”.
JOEY: Hay feministas occidentales que me escriben furiosas y me
increpan: “¿desde cuándo te identificaste como gay? ¡Tú no eres gay!
¿Desde cuándo te identificaste como un hombre?” Y no alcanzan a
comprender que no habríamos podido presentarnos como “matrimonio
género-disidente, queer o pansexual”.
ELIZABETH: O tal vez habríamos podido usar esos términos, pero
entonces habríamos generado una barrera de lenguaje con un sector
inmenso de la población y además, no habríamos podido incomodar a la
institucionalidad como queríamos. Habríamos vuelto a ser “el margen”,
“la excepcionalidad” que no desafía la regla sino que más bien la
confirma.
Una crítica que no se ha hecho escuchar tanto como yo creí que se
escucharía es la del feminismo más tradicional, anti-matrimonio. Clara
Merino, de la organización feminista “Luna Creciente” sí me hizo saber
que le parecía absolutamente inútil un proyecto que volcara esfuerzos
en publicitar una institución tan caduca y patriarcal como el
matrimonio y que el único esfuerzo válido alrededor de una institución
así es luchar por su desaparición. Pero no tuvimos realmente un debate
al respecto.
Otra crítica interesante es la que la periodista Lucía Real refirió
provenir de la Sección “Diversidad” de Diario El Telégrafo: les
parecía un retroceso que una persona trans se aferrara a su letra “F”
cuando una de las reivindicaciones trans más importantes en todo el
mundo versa precisamente sobre el reconocimiento del cambio de sexo
registral. Y les parecía además un uso “aprovechado” e incoherente
con esa lucha, como si “ahora que me conviene, uso el sexo legal que
me asignaron, y cuando no, lo rechazo”. Sin embargo, desde el
alternativismo, valoramos el uso estratégico de una institución
tirana, como el sexo civil, como acto de liberación. A fin de cuentas,
el movimiento transexual tradicional se ha colocado en la posición
subalterna de “implorar la F y la M” muy al estilo en el que el
movimiento gay asimilacionista ha implorado el matrimonio. La idea de
que necesitamos el matrimonio y el sexo civil del Estado para ser
normales es desafiada por este proyecto, en el que le decimos al
Registro Civil que estamos por encima de su F y de su M. No somos el
sexo legal del Estado, ni es ese sexo legal el que nos hace “hombres”
o “mujeres”.
MARIA AMELIA: Y para cerrar esta conversación tan interesante y
provocadora, ¿cuál es el siguiente paso a seguir?
JOEY: Ahora es importante que yo complete mi transición al sexo legal
masculino en el Reino Unido. Hace un par de años quise dar este paso
en la Clínica de Género pero me informaron que sin hormonas ni
cirugías el Panel de Reconocimiento de Género probablemente no lo
autorizaría. El hecho de que ahora voy a empezar a inyectarme apenas
un poquito de testosterona va a colocarme aún más “en el medio”. Una
vez cambiado mi sexo legal, regresaré a Ecuador a solicitar que el
mismo me sea cambiado aquí también. Esperamos que sea otro remezón
para el sistema.
ELIZABETH: El sistema legal británico ya previó la posibilidad de que
en el contexto de un matrimonio, uno de los cónyuges cambie de sexo y
ya legisló normalidad: el matrimonio se anula automáticamente. Aquí el
sistema aún no nos normaliza tanto. Por lo tanto, aún podemos hacer
cierto terrorismo que en Inglaterra no. La idea es desordenar siempre
los cajones de la normalidad. Es encontrar los puntos ciegos en los
que el sistema puede implosionar y plantear posibilidades civiles más
emancipadoras. En ese sentido, el primer matrimonio gay del Ecuador
se inserta en un proceso político transfeminista más amplio. Aspiro a
que el siguiente paso sea el lanzamiento de una campaña que solicitará
la eliminación de la mención registral del sexo en la cédula de
ciudadanía ecuatoriana.
NOTAS:
1) Elizabeth Vásquez es una abogada transfeminista, cuyo trabajo activista en temas de género y diversidad sexual se basa en el diseño original y ejecución de “usos alternativos del derecho”, abreviados como “UADs”. Fundó la Patrulla Legal y el PROYECTO TRVNSGEN3RO — Cuerpos Distintos, Derechos Iguales, y es quien ha marcado las principales líneas discursivas y de acción de esta organización. Contacto: esetos@gmail.com; www.proyecto-transgenero.org ?
2) Joey Hateley es un artista de teatro experimental transfeminista — actor, escritor, director, educador y activista de arte. Crea obras innovadoras de performance interculturales y transformadoras que abordan temáticas de identidad, diversidad, inclusión y potenciación. Es el Director Artístico de TransAction Theatre Company, una organización que realiza obras performáticas sociopolíticas en colaboración con otras en distintas partes del mundo. Contacto: genderjoey@hotmail.com; www.transactiontheatre.co.uk/ ?
3) María Amelia Viteri aborda los campos del género, las sexualidades, las identidades, la ciudadanía en comunidades Latinas LGBT y migrantes en Estados Unidos y Ecuador principalmente. Contacto: maviteri@flacso.org.ec; www.desbordesdegenero.org
4) El vídeo “Matrimonio Gay Ecuador: ¿Qué es Falso y qué es Real?”, disponible en Proyecto Transgénero, recoge las tres sesiones fotográficas más importantes del proyecto y el rap “Lo falso y lo real”. El montaje fotográfico es de Ana Belén Jarrín.
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