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Prácticas Curatoriales
Conversaciones: Gonzalo Lebrija, artista y co-director de OPA
Magali Arriola




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Podría parecer difícil entablar una conversación en torno a la actividad cultural de una ciudad o una región cuando sus actores perciben su desarrollo como el eterno comienzo de algo más ambicioso y, de manera paradójica, con la certeza de que la actualidad tiene un punto de arranque específico.

En la actualidad, los centros culturales suelen experimentar una modificación en sus actividades como consecuencia, en mayor o menor grado, de un cambio demográfico en el seno de su comunidad artística, la mayoría de las veces impulsados por la creación de programas específicos, ya sea estatales o fruto de la iniciativa privada. En este sentido, la ciudad de Guadalajara tiene un perfil muy particular, siendo que el gusto por el arte contemporáneo entre su comunidad se ha acrecentado notablemente en la última década, aún cuando no sea posible detectar claramente ninguna migración de agentes culturales.

Lugar de procedencia de artistas tan importantes para la historia del arte moderno como José Clemente Orozco, Guadalajara es una ciudad en cuya escena irrumpió, a principios de la década de los noventa, un espacio de mercadeo para obras de arte de vanguardia que, hasta cierto punto, carecían de un antecedente inmediato que permitiera localizarlas dentro de un linaje artístico local. Desde esta perspectiva, lo más sorprendente de la entusiasta escena tapatía sea quizás que, por momentos, parece aceptar sin más el intervalo silencioso que se crea entre las aportaciones tempranas de los grandes maestros de la pintura, y una frenética actividad contemporánea reciente. Se trata de una escena construida con empeño por unos cuantos, que resulta tan prolífica como promiscua, y que, orgullosa, ha luchado asiduamente por ser sí misma pero siempre con la mirada volcada hacia el exterior.

En esta entrevista, Gonzalo Lebrija, uno de los artistas de Guadalajara que ha recibido mayor atención en los últimos años, relata los procesos de negociación cultural por los que ha atravesado la escena artística tapatía. Co-Director de OPA (Oficina para Proyectos de Arte), Lebrija explica los pormenores de sus propias iniciativas al frente de un espacio independiente, y describe la atmósfera que reina en la ciudad que se pretende retratar como el próximo centro cultural mexicano.

Magali Arriola: ¿Cómo se ha transformado la escena artística contemporánea de Guadalajara desde tiempos de la feria Expo Arte? ¿Crees que Expo Arte afectó la manera de trabajar de los artistas?

Gonzalo Lebrija: Creo que Expo Arte estimuló la escena artística de Guadalajara por que fue la primera verdadera fuente de contacto del público y de alguna generación de artistas con la escena internacional del arte. En aquel entonces el único grupo de artistas que operaban colectiva e individualmente eran los de Jalarte, entre ellos: Fernando Palomar, Rodrigo Aldana, Alejandro Ramírez, Daniel Navarro, Ernesto Ramirez, Francisco Balzaretti y Omar Guerra. Posteriormente se formó un nuevo colectivo de estudiantes de arquitectura del Iteso –al que pertenecí yo-, llamado Incidental, entre ellos Francisco Ugarte, Jose Dávila, Hugo Cervantes, Javier Dueñas, Foit, Juan Carlos P. Trejo y Diego Quiñones. Este grupo se dio a conocer con su segunda exposición llevada acabo en la azotea del Condominio Guadalajara durante el programa oficial del último ExpoArte en 1998.

MA:¿Cómo sitúas a OPA dentro de ese contexto? ¿Qué papel crees que una institución con su perfil esté jugando actualmente, y cómo crees que haya evolucionado su postura desde que empezó?

GL: Después de Expo Arte y de la gestión de Carlos Ashida en del Museo de las Artes Guadalajara se quedó un largo tiempo sin exposiciones de arte contemporáneo Ashida, quien tuvo a su cargo el Museo durante 3 años, hizo exposiciones de artistas nacionales e internacionales, entre las que bien recuerdo se encuentran, Bing Bang de Pablo Vargas Lugo, Plan de San Lunes de Gabriel Kuri, Luz a la lumbre de Fernando Palomar, Parpadeantes eyes de Fabryce Hybert, y una de Michele Blazy cuyo título no recuerdo; también presentó exposiciones colectivas como Propulsión a Chorro -artistas tapatíos de mi generación-, Learning Less, con Gabriel Orozco, Richard Wentworth y Fischili and Weiss, curada por Patricia Martín, y otras muestras de importantes colecciones, como la de Tom Patchett y la de Aurelio López Rocha.

Después de esto decidimos llenar el hueco que había quedado abriendo un centro de arte que albergara proyectos de arte contemporáneo de artistas con trayectoria internacional, a pesar de la poca demanda, que correspondía solo a una muy pequeña comunidad interesada en el tema. Entre los artistas y curadores que han participado en el programa de OPA, por mencionar algunos, se encuentran Anri Sala, Nic Hess, Jim Lambie, Yutaka Sone, Pipilotti Rist, Artemio, Mario Garcia Torres, Eduardo Sarabia, Pentti Monkonnen, Eric Wesley, Liz Craft, Patrick Charpenel, Patricia Martín, Pip Day y Pash Buzari. Se puede decir que es notable el crecimiento del interés mostrado por el público a lo largo de dos años y medio que el OPA tiene operando.

MA: OPA ha trabajado mayoritariamente con artistas extranjeros, ¿a qué se debe esto?

GL: Por que era una carencia dentro de la escena, y el convivir de cerca con propuestas que actualmente circulan por en el circuito de las instituciones internacionales del arte contemporáneo es un estímulo importante para la escena local. Además todos los demás espacios ya se dedican a los artistas locales o nacionales.

MA: ¿Cuál crees que haya sido la exposición de OPA que más impacto haya tenido en la escena local?

GL: Me cuesta trabajo pensar en una que haya sido más impactante que otra; creo que esto se debe a que el programa ha tenido propuestas muy diversas en cuanto a discursos y medios, incluso el espacio siempre es modificado. Quizás la exposición que tuvo una cualidad extraordinaria en cuanto a un público que no se había visto circular anteriormente en el OPA, fue la exposición de Pipilotti Rist, a la que asistió una gran parte de la comunidad de suizos que residen en Guadalajara.

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